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El irritante sonido del marcador tocando la pizarra ya le estaba hartando

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El irritante sonido del marcador tocando la pizarra ya le estaba hartando.

No sabía ni siquiera que hora era y las ganas de sacar su celular disminuían cada que escuchaba la voz de su profesora; estaba aburrido.

Alzó la mirada de su cuaderno lleno de garabatos para mirar por la ventana que se encontraba un poco alejada de su asiento. Desde ahí lograba observar varias cosas que parecían mucho más interesante que lo que sucedía dentro de aquella aula.

Entre esas cosas resaltaba una castaña junto a su amiga quienes caminaban felices tomadas de las manos. Lo más probable era que su clase fuera cancelada por la ausencia del profesor de lengua, ya que él igual no había tenido clases la hora anterior.

No tenía ni idea de que hora era pues el reloj de su aula estaba roto desde inicio de año, pero ir a preguntarsela a su víctima no sonaba para nada mal.

Decidido se levantó de su silla ocasionando un fuerte chirrido, seguido de un gran silencio donde todos los ojos se posaban en su gran cuerpo.

Debía admitir que acompañar a Jay al gimnasio tenía sus ventajas.

—¿Se le ofrece algo Park? Le recuerdo que aún no ha terminado la hora.

Ahí Sunghoon cayó en cuenta de que no había pensado antes de actuar, y como consecuencia ahora no sabía que excusa pondría.

Nervioso empezó a jugar con los bolsillos de su abrigo. Nunca se había sentido tan abrumado de tener tantas miradas sobre él por lo que la nueva sensación le hacia sentir pequeño y frágil.

Sentía que habían pasado probablemente minutos, pero solo tardó menos de 5 segundos en pensar la excusa perfecta.

—Prometí ayudar a mi ab- ¡A la señora Park! con algunas cosas, aquí está la nota.

Sacó una nota de los bolsillos de su abrigo y se la extendió a la profesora, hace varias semanas que tenía eso allí pero nunca lo usó ya que la vez que debió hacerlo se le olvidó.

—Bien, puedes ir. —sin esperar respuesta siguió con la clase. —Hagan estos ejercicios, tienen diez minutos.

Se acercó de nuevo a su asiento para recoger sus cosas, siendo visto por sus amigos quienes lo veían confundidos.

—¿Qué planeas Sunghoon? —susurró su compañero de asiento, Jay. —Nunca te saltas la clases.

Por su parte Jake asintió afirmando lo que decía el rubio.

El pelinegro levantó su mochila para dejarla sobre su hombro antes de contestar. —No es mi culpa que la existencia de esa mujer acabe con mi vida. —confesó refiriéndose a la maestra.

Ambos chicos rieron bajito para evitar se regañados por la maestra Kang, quien estaba más ocupada conversando probablemente con su esposo o en el peor de los casos, su amante.

𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘 › sunghoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora