Capítulo 3.

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EL COMPLOT

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EL COMPLOT

Cindy.

—No pienso subirme en esa cosa. —Espeto al ver la enorme motocicleta justo en frente de mi.

Cuando Camilo dijo que Iría por su nave, creí que seria un carro de lujo, no una motocicleta.

—Sube ¿O quieres que nos atrapen? —dice mientras palmea el sillón de la parte trasera de la moto.

La idea no me gusta, suficiente tengo con mi conciencia reprochándome el hecho de que me voy con el hombre de mi amiga.

—¡Bien! —digo de mala gana. Levanto mi pierna y me subo, gracias a Dios no traía un vestido.

—¿Tu casa, la mía o prefieres un motel?

«¿Motel? ¿Quién se cree este que soy?»

—La mía. —Paso saliva y me trago mi vergüenza.

«Bueno Cindy, no quieres que te juzgue, pero no te estas comportando nada bien. Sabes perfectamente a qué vas»

Llegamos rápido porque Camilo es un loco manejando esta cosa, gracias al casco no me despeiné mucho con el viento, creo que tenía afán al igual que yo. Lo deseo tanto que se me olvidó que le temo a las motos. No fue sino cruzar y cerrar la puerta para que el idiota estuviera encima de mi torturándome con sus besos y el toque de sus manos. La intensidad con que me besa justo ahora causa un gran cosquilleo en mi parte íntima y ya no lo soporto, estoy tan urgida y necesitada de su miembro dentro de mi que no puedo mantenerme en pie, mis piernas flaquean y casi caigo, digo casi porque Camilo logra sujetarme de inmediato, me levanta y me lleva hasta la cama donde prácticamente destroza mi bello enterizo.

«Se lo cobraré».

No sé por qué, pero mi cuerpo lo necesita a él, a Camilo. Es como si ya hubiéramos hecho esto antes, bueno si lo hicimos ya, pero me refiero a mucho antes. Su olor, su piel, el rose de sus labios queman, hacen que mi piel se erice y mi cuerpo tiemble de deseo, igual que como hace mucho tiempo sentí con Mar...

Abrí mis ojos porque definitivamente estoy loca.

«¿Por qué lo recordé justo ahora?

Dejo mis ridículos pensamientos y disfruto del estupendamente sexo con Camilo.

💕💕💕💕💕💕💕

Mi cuerpo está adolorido, no tengo energía ni para levantarme a ducharme. Después de hacerlo tres veces esa misma noche es obvio que esté así, y él casi muerto, pero muy, muy saciada y complacida con mi amante.

Sabía que valdría la pena. Aunque después del gustazo que me di, viene el disgusto con la Susi.

«¡Dios! ¿Con qué cara la voy a mirar?
Ni siquiera me atrevo a encender el celular, debo tener miles de mensajes y llamadas de Damián ,de Susi y de todos»
Me regaño.

Rayo de Luz (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora