Capítulo 6.

148 21 90
                                    

FELIZ CUMPLEAÑOS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

FELIZ CUMPLEAÑOS.

Cindy.

Mis pobres uñas son las paganas de mis miedos, no me atrevo a marcar el número que Camilo me dio hace unos días, no ha vuelto y ya me estoy desesperando.

Es culpa del señor Rivera (abogado de Sky músic) por no querernos atender en la mañana. Kira se quedó esperando por él y pos yo, odio esperar, me vine a casa y la dejé allí, después del desespero, me coloqué a cocinar. Hice mucho y entonces pensé en él. Es la cuarta vez que tomo mi teléfono, busco su número y quitó mi dedo para no presionar el botón de llamar, pero lo necesito.

Doy pasos en círculos hasta que me decido a hacerlo. Dudo un poco, así que cierro los ojos y deslizo el botón verde, los timbrazos se escuchan y mi corazón late a mil de los nervios,  parezco una adolescente enamorada.

Aló. ¿Quién habla? —Escucho su voz, mi lengua se traba y no puedo articular palabra—. Hola, ¿Hay alguien ahí?

—Eh, si. Soy yo, Cindy. —tartamudeo.

«¡Que vergüenza, Dios!»

Hola mi diosa, llegué a pensar que no me llamarías.

—Tú, no me llamaste y tampoco volviste. Entonces, pues... —Los nervios me traicionan.

No tengo tu número ¿Recuerdas? —Se excusa.

—Cierto. ¡Que tonta!, lo olvidé. Yo, te llamaba para invitarte a comer hoy, ¿Puedes?

A comer eh. Pues sí, quiero comerte.—Ahí está, usando la picardía como siempre—. Dime dónde y te veo ahí.

—En mi depa, preparé carne.

En tu casa, hum... ok, pero tardaré un poco, estoy trabajando ahora, hago una entrega y me escapo un rato.

—No te preocupes, yo te espero.

Bien, nos vemos entonces.

💖💖💖💖💖

Carne en salsa agridulce, ensalada de repollo, arroz, ajiaco y un rico jugo de maracuyá. Todo listo, incluso la mesa, solo falta él.

Espero a su llegada mientras los minutos se hacen lentos, cuando la desesperación me gana, el timbre por fin suena.  Me levanto rápido a abrir, verifico mi cabello y mi mi atuendo antes de hacerlo, respiro hondo y procedo a abrir la puerta. Ahí está, tan guapo y sexy como siempre, en una mano trae una botella de vino y en la otra un pequeño ramo de rosas rojas que me ofrece para que las reciba. Mi rostro se contrae a pesar de que me regala su preciosa sonrisa y me enfoco en el ramo, un nudo se forma en mi garganta y una extraña sensación se apodera de mí. Lo miro a los ojos y entonces recibo las rosas un poco incomoda. No sé que decir, la verdad ese gesto me trajo malos recuerdos.

Rayo de Luz (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora