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Jonathan no sabe que pensar realmente acerca de Billy Hargrove.

En los días posteriores, su extraño encuentro con el otro hombre en su casa había sido rápidamente enterrado por sus prioridades más próximas: Cuidar de Will, cuidar de su madre, conseguir un nuevo trabajo para al menos lo que resta del año escolar. Toda su atención estaba en ello durante la primera semana posterior al cierre del portal. Eso y las pesadillas, por supuesto, las pesadillas ocupaban un espacio demasiado grande en su mente.

Sin embargo, la siguiente semana al volver a la escuela, lo recordó: Billy Hargrove y lo pesado que era cuando lo levantó a medias y tiró para acostarlo en su cama. Su rostro, como el de un animal herido, listo para morderle el cuello si Jonathan daba un mal paso. Y, al final, la apreciación, la comprensión en sus ojos cuando ofreció su nombre a cambio del de Jonathan.

Lo recuerda al verlo ahora, luciendo tan diferente a ese momento particular: Billy Hargrove camina por los pasillos de la escuela como si el mundo le perteneciera y estuviera listo para comérselo a mordiscos desordenados, tan diferente al Billy que era cuando estampó a Jonathan contra la pared y todo lo que Byers pudo ver en sus ojos fue miedo, un miedo frío y familiar que hizo que el propio Jonathan no le temiera en lo absoluto.

Todavía no sabe que hacía Billy inconsciente en su casa, aunque Will le dijo (que Mike le dijo a él) que Billy se había peleado con Steve o algo por estilo. De todos modos, no era tan importante al final saber la razón. No es como si fueran a volver a hablar...

Jonathan, concentrado en sacar los libros de su casillero, no nota la mirada de Billy sobre él al pasar, ardiente como hierro fundido por su intensidad.

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El universo, como siempre, está apunto de burlarse en la cara de Jonathan Byers.

El castaño suspira y desvía la mirada hacia la ventana, sentado en las mesas del fondo del aula. Ésta es una de las clases que no comparte con Nancy: Matemáticas generales. Ella está en matemáticas avanzadas y especializadas (Nancy toma muchas clases avanzadas). Eso significa que está solo, lo que no le molesta realmente. Cuando te acostumbras a la soledad, aprendes a apreciarla.

Se sobresalta cuando alguien se sienta bruscamente en el asiento a su lado, el que ha estado vacío literalmente desde que puede recordar. Jonathan voltea lentamente y ahí está Billy Hargrove, con sus ojos siempre salvajes, le devuelve la mirada.

—Byers —Billy lo... ¿Saluda? con un movimiento de cabeza, pasandose la lengua por los labios y dibujando en su rostro una sonrisa lobuna que parece ser característica suya.

Jonathan se aclara la garganta, buscando su voz acostumbrada al deshuso en el fondo de sí mismo.

—Hargrove —asiente suavemente con la cabeza y voltea la vista hacia la pizarra cuando el profesor entra en el aula, removiéndose un poco incómodo en su asiento por las miradas no tan discretas de sus compañeros de salón, pares de ojos mirando descardamente y murmurando. Reconoce a Steve entre ellos unos asientos más adelante, mirando entre Billy y Jonathan como si sus ojos estuvieran apunto de salirse de sus cuencas, mirando a Billy con especial recelo. Si bien Jonathan no cree que sea para tanto, ésta vez no los culpa. De hecho, está confundido igual que ellos: ¿Por qué Hargrove se sentó a su lado?

Pero Billy no ofrece ninguna explicación, y no es como si fuera a pedirle una. Puede sentarse donde quiera, es una sala de clases libre.

Jonathan saca su cuaderno del bolso y lo deja sobre la mesa al tiempo que Billy coloca sus propios pies en la mesa, echándose para atrás en su asiento. Jonathan comienza a entender porqué el chico está repitiendo ésta clase, dado su evidente desinterés.

Panic Room | Byergrove.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora