Capítulo 8: ¿Enfermedad o algo mas? parte 2

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—¿Cómo te encuentras? —le pregunté, dejando el vaso con agua arriba del esquinero de la cama.

Cheong se encontraba acostado en la gran cama matrimonial, dandome la espalda en completo silencio, ignorando olímpicamente mi pregunta.

Hice una mueca, ligeramente dolido por su indiferencia.

—¿Sabes?, Hoy es un buen día —comente, tomando asiento en la orilla de la cama, tratando de llamar su atención —. El clima no es tan malo, no hace mucho frío ni tampoco demasiado calor. Podríamos hasta nadar sin preocuparnos de que se nos irrite la piel.

Brome tratando de reírme de mi intento de chiste, aún que resultó más vergonzoso que divertido.

Bien, eso fue estupido.

Incomodo, desvíe la mirada de la Blanca pared, dando sutiles miradas por el rabillo del ojo a mi pareja, quizás, en espera de escucharlo reír o burlarse por la idioteces que decía, incluso moverse entre la cama. Realmente, no me importaba que fuera lo que hiciera, gritar, maldecirme, enojarce conmigo.

Incluso reclamarme por la forma en la que lo trate cuando el solo buscaba ayudarme.

Lo aceptaría, por más duro o iriente que fuera, lo entendía, solo, quería escucharlo hablarme de nuevo.

Pero no fue así.

El seguía igual de quieto e indiferente como en el primer minuto en el que entre a la habitación.

Mordi mi labio inferior, abrumado.

¿Y ahora?, ¿Que se supone que haga?

—Cheong, yo...

—No es tu culpa.

Asombrado, abri mi ojo a más no poder, girando bruscamente la mitad de mi cuerpo para verlo mejor.

¿El, realmente?...

—¿Que? —hable vacilante, sin entender.

—Dije, que no era tu culpa —se dio la vuelta, mirándome con sus atentos ojos avellana —. Estabas abrumado, enojado, y, realmente no éramos los mejores amigos ¿sabes?, fue...

Vaciló por un momento, para después murmurar "Una acción normal".

Mis labios se contrajeron en una mueca al escucharlo decir eso.

En parte, le doy la razón, no éramos amigos, ni mucho menos compañeros, tenía un odio inmenso por el, tanto así que regrese de entre los "muertos" para vengarme, por la intensa y tentadora idea de matarlo con mis propias manos.

Por esa razón lo mordí.

Para que se rindiera en la miseria y el dolor, ahogándose en su sangre, igual que el niño con el arco en el almacén de deportes de la escuela.

¿Como olvidarlo?

¿Deberíamos trabar la puerta? —comento distraído el arquero mirando en dirección de la puerta.

Con hambre, gire mi cuerpo, viéndo sus acciones con mayor detalle. Como un depredador a su nueva presa.

¿Sabes que niño? —hablo de nuevo, viendo nervioso a todas direcciones —. Ayúdame a buscar con que cubrir la puerta, seria lo más lógico.

Di el primer paso a su dirección.

Tengo hambre —le dije, dando otro paso.

"Estamos muertos" Cheong x Gwi-Nam "Entre odio y amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora