0.06› EN EDICIÓN

477 79 5
                                        

Las vacaciones de invierno estaban a la vuelta de la esquina y todos los estudiantes del colegio Rid estaban llenos de alegría, pero rogaban un descanso.
Los exámenes finales habían dejado a todos los alumnos con los ánimos y cerebro por el piso, pero Pete Saengtham no estaba perdiendo la cabeza específicamente por eso.

Muchos días habían pasado desde aquella platica en la cafetería con Vegas, toda la conversación seguía perturbando su mente mientras estaba en sus clases de piano.

"Deberíamos intentarlo, creo que me atraes".

La voz de Kornwit aún estaba fresca, recuerda haberlo mirado fijamente en espera de una risa burlona que jamás llegó, Pete sonrió nervioso.

"No sé porque solíamos odiarnos, quizá fue tu tonto comportamiento en cuatro grado lo que me hizo enfadar. Pero no es mi culpa, solías burlarte de mis gafas y odiabas que las profesoras siempre me pusieran como un buen ejemplo".

Esas palabras le habían llegado como bala directo al corazón, sabía que había molestado por años a Bible y sinceramente tampoco encontraba la razón. Quizá fue eso lo que lo hizo sentir como un tonto demasiado tiempo, fue la competencia por ver quien era el primer lugar en todo, al menos hasta que Pete se rindió y dejó sus notas desplomarse.

Tampoco había recibido apoyo familiar en esos momentos, quizá fue la falta de empatía de incluso su madre, lo que le hizo llegar a tanto. Quizá por eso amaba tanto al club de natación, lugar y gente que le dieron un hogar cuando no lo tenía. De cualquier manera, no se excusaba, sabía que sería un proceso largo y lento. Eso no quitaba el hecho de que tenía miedo porque estaban a un paso de entrar a la universidad y eso significaba tomar caminos diferentes, al menos eso pensaba él.

"Tengamos citas y todas esas cosas cursis".

El mismo Pete propuso en un golpe de valentía y agradeció que Vegas aceptara con una sonrisa en su rostro.

Sin darse cuenta del tiempo, su clase de piano había terminado. Se levantó de la pequeña banca antes de acomodar todo y salir corriendo hasta su habitación.

Se acostó en su cama, sacó su teléfono y buscó rápidamente el contacto de Vegas. Sus dedos viajaron hasta el botón de llamada y lo presionó en un acto de confianza.

¿Bueno?

Se escuchó la voz del otro lado, sonaba ronca y algo somnolienta, definitivamente lo había despertado.

Buenos días, Wit. Son las nueve de la mañana, ¿realmente aún dormías?

Sí, ayer estuve hasta la madrugada arreglando papeles. De cualquier forma ya es tarde, ¿sigue en pie lo de hoy?

Pete sonrió al saber que aún estaba en los planes del pelinegro.

Sip, iremos a almorzar y después podemos ir a alguna tienda de música.

Sugirió.

Bien, nos vemos en unas horas. Y Pete...

¿Qué pasa?

Te...veo alrato.

Dijo torpemente antes de cortar de golpe, Pete alejó el teléfono de su oreja antes de reír tontamente y golpear una de sus almohadas.

Yo también te quiero, Vegas.

› × ‹

La tarde llegó rápidamente, el viento frío comenzaba a helar hasta los huesos y la gente sacaba sus mejores prendas para la temporada invernal.

Pete caminaba directamente hasta el restaurante de comida italiana donde había quedado de almorzar con Vegas. Antes de entrar al lugar se miró en el reflejo de la puerta un par de veces, esta vez iba con un pantalón de mezclilla un poco holgado, un suéter color crema y unas botas negras que había comprado esa misma semana.

Dentro del lugar no fue difícil ubicar donde estaba Vegas, estaba sentado en una mesa cerca de los grandes ventanales del lugar, se veía guapo incluso a la distancia, con su porte elegante. Se acercó rápidamente hasta la mesa y se sentó.

"Llegué, siento el retraso, pero la verdad me dormí un rato." Pete sonreía de oreja a oreja mostrando sus hoyuelos.

Vegas era guapo, eso era un hecho. También era un hecho que se veía atractivo con absolutamente cualquier ropa, pero Pete amaba verlo vestido con pantalón negro y camisa blanca, podría ser ropa casual y aún así luciría elegante en Vegas.

"Está bien, pet. Yo desperté tarde y tuve que organizar cosas por la mañana, siendo honesto, tengo hambre y sueño." Había una sonrisa en su rostro pero lograba notar el cansancio en sus ojos y sus lentes estaban torpemente bajos por el puente de su nariz.

El corazón de Pete latió rápidamente, Vegas parecía estar a un segundo de caer sobre la mesa y aún así no le canceló la cita, definitivamente quería llenarlo de besos.

"Bien, vamos a ordenar y después podemos ir a mi casa a dormir un rato." Propuso el castaño mirándolo seriamente, en realidad era más una orden que, afortunadamente, Vegas no rechazó, sólo asintió antes de llamarle al mesero para ordenar.















-hola! bueno, primero que nada gracias por el apoyo. No sé si actualice de nuevo esta semana porque me encuentro en finales, pero estén al pendiente.

‹him & i› vegaspete. EN EDICIÓN! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora