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Era martes por la mañana, lo que significaba que Vegas entraba dos horas más tarde a clase que sus amigos. Lo que también significaba que tenía que desayunar en el colegio y tendría que toparse con Saengtham. Soltó un suspiro, le llenaba de estrés

Había llegado a la escuela alrededor de las ocho de la mañana y con un ánimo agradable, Vegas saludo a su amiga Jan quien era de un semestre menor, siguió caminando. Una vez con el desayuno en una charola que sostenía en sus manos decidió caminar hasta la mesa más cercana, debía admitir que su torpe vista le hacía las cosas difíciles pues no sabía idenficar a las personas desde distancias tan lejanas.

Siguió caminando y cuando vio una mesa vacía aceleró su paso discretamente, entonces su charola saltó debido al impacto que tuvo Kornwit con una persona. El chico casi rezó porque fuera uno de secundaria y no alguien de preparatoria pero su poca fe se volvió nula cuando frente a él estaba Phongsakorn con lo que parecía ser su malteada encima.

Un leve abucheo se escuchó por toda la cafetería y Vegas quería desaparecer. ¿Es que este me va a dejar en paz?

Sí, fue su culpa por no fijarse pero vamos que Saengtham también podía mirar por donde iba.

Una sonrisa nerviosa se formó en su rostro al ver como el castaño sostenía su charola ayudándolo a que no se regaran más alimentos.

La charola fue empujada contra su cuerpo y soltada por Pete, quien desapareció de la vista del pelinegro en menos de un minuto.

Bien, no salió tan mal.

Kornwit se odiaba por muchas cosas y una de ellas era por ser tan malditamente preocupado, ahí estaba, caminando hacia las garras de su no-amigo Saengtham. Lo vio entrar al baño y decidió seguirlo, realmente se sentía culpable, de seguro el muy tonto no tenía una camisa extra en su locker así que tomó una propia y decidió llevársela.

Entró descuidadamente y caminó hasta los lavabos, ahí estaba el hombre, tratando de quitar la mancha de malteada con agua.

"Si sacas tu camisa y la lavas en casa, probablemente sea mejor que solo echarle agua."Kornwit alzó la voz con confianza y cuando la mirada de chico se encontró con la suya, miró a otro lado mientras fingía arreglar sus lentes.

"Quizá estaría mejor que cierto tonto no me hubiera tirado su desayuno encima." Habló el capitán de natación. Ciertamente tenía razón pero vamos, no le dejaría ganar.

"No fue mi culpa solamente, también deberías ver por donde caminas, Phongsakorn."La voz de Vegas se quebró por un segundo cuando vio a el chico retirar su propia camisa, intentó recuperarse.

"Dame."Dijo Saengtham estirando su mano hacia él. El pelinegro frunció su ceño. "Es para mí, ¿no es así? La usaré."Dijo despreocupado señalando la camisa en su mano. Claro, la camisa, lo que iba a entregarle.

Con un tonto balbuceo Vegas le extendió su camisa, debía admitir que no desaprovechó los pobres segundos que pudo ver en exclusiva a Phongsakorn Saengtham sin camisa. La luz tenue del baño lo hacía ver mejor que en la piscina, incluso se veía bronceado.

Justo cuando parpadea, Pete se baja la camisa terminando el espectáculo.

El de lentes abulta sus labios por un par de segundos, decepcionado, antes de dedicarle una sonrisa.

"Me odio tanto pero te odio más a ti, Kornwit." La voz de Pete salió casi inaudible pero para la suerte del contrarui, fue claro. Frunció su ceño y alzó una ceja tratando de entender lo que quería expresar el castaño. Entonces la mano contraria lo jaló contra su cuerpo, estaba a escasos centímetros de él. Vegas estaba a punto de reclamarle, ¿por qué sujetaba su cintura?, estaba descolocado. Quería reclamarle, quería gritarle que lo dejara ir, quería insultarle pero todo eso quedó en el aire cuando Pete lo miró fijamente.

Qué bonitos ojos tienes, desgraciado.

"Vegas Kornwit..." Murmuró el nadador, solo eran ellos dos. El chico de gafas alzó la mirada un poco sorprendido, ¡respeta mi nombre!" Te voy a besar." Y esas palabras lo dejaron paralizado. De pronto sintió pánico, pánico que desapareció en el momento en que los suaves labios de Saengtham tocaron los suyos, se sentían cómodos y correctos. Estaban en contacto directo, el nadador atrapó uno de sus labios con los suyos y lo chupó ligeramente. Vegas se sentía mareado, mareado por el aroma y el dulce sabor de los labios del chico.

No duró mucho, fueron unos segundos hasta que el sonido de la puerta del baño siendo abierta los hizo despegarse.

Vegas trató de mirarlo pero no pudo, se sentía extremadamente desubicado. Su tic nervioso lo obligaba a subir sus gafas repetidas veces mientras que Pete corría al lavabo a fingir lavarse las manos.  Estaba a punto de salir corriendo cuando la persona que había interrumpido pasó al baño dejándolos solos nuevamente.

Pete caminó hasta él nuevamente y fugazmente presionó nuevamente sus labios con los de Vegas,  un pequeño instante que le hizo acelerar el pulso.

"Gracias por la camisa." Dijo con un tono alegre como si no le hubiera afectado lo que acababa de hacer, bien. Saengtham lo dejó ahí parado, huyó como siempre y el pobre de Vegas estaba hecho un remolino de emociones y sentimientos.

‹him & i› vegaspete. EN EDICIÓN! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora