‹him & i› vegaspete. EN EDICIÓN!

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Alrededor de dos semanas habías pasado desde el incidente en la piscina. La relación de Vegas y Pete se había vuelto prácticamente inexistente, mientras que el pelinegro lograba escuchar murmullos a su alrededor y a pesar de eso, Saengtham no lo había vuelto a molestar. Podría decir que estaba aliviado.

Kornwit iba caminando directamente a su clase de matemáticas cuando sintió como alguien chocaba contra su hombro, se había tropezado con alguien, cuando alzó su mirada supo que en ese mismo instante su paz mental de semanas, había terminado.
Estaba frente a él, Saengtham con su ropa desarreglada, un poco de delineador negro adornando sus ojos de cachorro y su montón de joyería barata colgando de su cuello y alrededor en sus dedos.

Juntó sus manos en señal de pedir una disculpa y al no ver reacción alguna en Phongsakorn pensó que podría avanzar e ignorar lo sucedido, pero se equivocó, lo supo cuando fue jalado del brazo hasta un aula a pocos metros de ellos. Cuando ambos estuvieron dentro, el deportista cerró la puerta y enseguida soltó el brazo de Vegas.

"¿Por qué no has metido tu nariz en mis asuntos, Kornwit?" Bufó el más alto mientras llevaba una de sus manos a su cabeza para revolver su propio cabello. Parecía un poco frustrado.

Vegas se sintió descolocado, ¿de qué hablaba ese loco?

"Lo siento pero creí haber escuchado que no querías que irrumpiera en tu vida. Te estoy haciendo..." Se tomó el tiempo de señalarse a ambos con su indice.  "Nos hago un favor." Las palabras de el pelinegro salieron firmes y agradeció a sus nervios por no delatarle.

La expresión en el rostro de Pete fue incluso cómica, acababa de arruinarse a sí mismo y hasta Vegas lo pudo notar por el leve rubor que adornó sus mejillas. Una idea traviesa se coló por la mente del Theeraphanyakul.

Cada loco con lo suyo.

" ¿Todo bien? ¿Por qué te sonrojas, Pete?" La voz de Kornwkt salió un poco más grave de lo normal y vaya que eso afectó al castaño, quien no sabía que la voz de alguien podía sonar tan bien, hasta ese momento, claro.

Pete retiró la mirada de los ojos de Vegas y trató de dar un paso atrás para huir pero la mano del pelinegro tomó su brazo.
Probablemente Vegas estaba a punto de aprovecharse del momento, debía admitir que le provocaba muchas cosas haber descubierto esa nueva faceta de Pete, no lo culpen, el chico lucía indefenso incluso con su maquillaje un poco oscuro.

"¿Quién está sonrojado, eh? Idiota." Gruñó Saengtham tratando de difundir miedo pero al parecer Vegas se había vuelto inmune a las reaccionas falsas.

"Te ves lindo cuando no te puedes defender, te prefiero así que diciendo tontería y media." Murmuró Vegas casi para si mismo, pero Pete había escuchado demasiado bien.

El pelinegro soltó el brazo ajeno para ahora ser él quien caminara rápidamente hasta salir del aula y tratar de recuperar el aliento.

¿Qué carajo?

Pete se había visto extremadamente adorable ahí dentro y Vegas se quería golpear contra la pared, no se supone que su enemigo tenga que verse adorable. No se supone que quiera saber cómo se sienten las mejillas abultadas y sonrojadas de Pete entre sus dedos.

Escuchó el ruido de la puerta del aula y después pasos apresurados. Volteó a ver como Pete tomó camino, lo vio irse por un pasillo y entrar al aula de matemáticas. Vegas sonrió, esta vez había ganado.