capítulo 13:

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He pasado aproximadamente media hora viéndome frente al espejo, intentando que mi cabello se vea presentable para mi salida con _____, supongo que como me vea al final no será de gran importancia, pero aun así tengo esa necesidad, qué extraño es sentir esto cuando un..., amigo, va a venir para pasar el rato, ya debo dejar de pensar esas cosas, ya que, solo seremos los dos y si permito que mi cabeza siga así el ambiente se tornara incómodo para ambos y lo último que quiero es que esta noche se vea arruinada por mi culpa.

—¡Santo cielo cariño!, ¿acaso no ibas a salir con _____?, ¿o fue una fachada para una cita a escondidas? —dijo Carla parada a un lado de la puerta con las manos en la cadera acompañada de una sonrisa pícara 

—No tengo tiempo para una cita y si voy a salir con _____, ¿te parece demasiado? —Carla me observo detenidamente de la cabeza a los pies, para luego caminar y abrir el armario. 

—Creo que sería mejor una camiseta blanca, ya que, no vas a un velorio y..., —fue interrumpida por el sonido del timbre. Aproximándose a dejar la camiseta en la cama—, ¡Ya voy!. 

No entiendo, porque no puedo ir de negro, es el color más neutro del esquema de colores, derrotado mi quite la camisa para ponerme la que Carla escogió, como acto final tome mi colonia rociándola por todo mi cuerpo, así dando por terminado mi look, siento nervios por salir vestido así, no sabía que ponerme, así que le pedí ayuda a Buck con un par de recomendaciones y tontamente le hice caso. Cuando llegue a la sala vi como _____ estaba sentado en el sofá junto a Christopher, quien le mostraba un nuevo juguete que le regalaron sus abuelos.

—¡Buenas noches!, ¡que bien te ves! —mi tono de voz fue fuerte tanto que Carla llego corriendo pensando que algo había pasado, mientras que mi hijo y _____ me quedaron viendo asustados.

—Gracias, igualmente tú —sus ojos se abrieron como platos al ver mi vestimenta, sabía que era una mala idea hacerle caso al idiota de Buck. Un pantalón de mezclilla de color negro con un par de zapatillas deportivas y la camiseta blanca con una chaqueta de cuero.

—¿Qué ha pasado? —pregunto Carla con unas cajitas de jugo, dándole una a Christopher y otra a _____—, lo siento es que cuando tienes un niño en casa no puedes comprar bebidas para adultos. 

—No te preocupes, no tenía la intención de beber hoy.

—Papi, te ves muy guapo, ¿no crees Carla? —Christopher se levantó para caminar hacia mí, y por inercia lo cargué para abrazarlo 

—Si qué tu padre se esmeró en prepararse, ¿qué opinas _____? —él solo se quedó mirándome sin articular ninguna palabra, lo cual me estaba poniendo nervioso, todos esperábamos que dijera algo, pero su rostro se ruborizó un poco, levantando su pulgar —, bueno ya váyanse antes de que se les haga tarde y les obligue a contarle todos los cuentos que Christopher quiera. 

Baje a mi hijo dándole otro abrazo, para luego despedirme de Carla y salir en compañía de _____, directo a mi auto, apresure el paso para entrar al mismo y encender el motor, aproveche el tiempo extra para echar un pequeño vistazo a mi cabello en el retrovisor. Respire hondo para dirigirme al asiento del copiloto ya con _____ sentado en el mismo, así dando inicio a nuestra noche.

Ya pasaron unos minutos desde que dejamos mi casa y ninguno de los dos dijo nada, ni cruzábamos las miradas, de vez en cuando le echaba un vistazo a _____, sin embargo, no me atrevía a decirle lo bien que le ajustaba esos pantalones, mierda Edmundo...

—¿Ya sabes a donde ir?. 

—Pensaba ir primero al cine..., ¿o tienes hambre?, podemos ir a comer algo o podríamos ir al bar de siempre a beber.

—Ir al cine suena bien, hay una película que quería ver, pero no encontraba la oportunidad —saco un paquete de mentas, para luego dirigirlo hacia mí —, ¿quieres uno?.

—No gracias.

—Qué pena con lo guapo que estas cualquiera aprovecharía en besarte —el calor de mi cuerpo aumento de golpe, reflejando un leve rubor en toda mi cara, mientras que se llevaba una menta a la boca —, pero tranquilo, no me los comeré todos, por si se presenta la oportunidad para alguno de los dos.

Maldición, llevó meses siendo bombero y por primera vez tengo miedo a salir quemado, ¿por qué me estoy sintiendo así?, con solo un halago provoco una combinación de emoción y nervios, es extraño que ahora esto sea invadido por melancolía, la última vez que me sentí así fue con mi difunta esposa.

***

Ya en la puerta del cine, _____ era el más emocionado por entrar, para ver una película de terror, ya que, es su género favorito, en lo personal no soy fan, pero es muy gracioso su manera de pedir las cosas, compramos los boletos lo cual tuvimos suerte, porque eran los últimos, compramos palomitas y soda, para sobrevivir, terminamos en una sala donde el público mayoritario eran adolescentes, el resto era conformado por adultos y algunos que otros niños que estaban sentados en la última fila.

La película no era tan aterradora como los empleados lo hacían ver, pero si lo suficiente para que _____ me abrazara con mucha fuerza, y en ciertos momentos que reposara su cabeza en mi pecho, después de estas casi dos horas luchando contra mi mala suerte, nos fuimos a un restaurante mexicano, mientras _____ se quejaba sin parar de la trama y como se contradecía en el desarrollo, culminando en que no daba miedo. Con el estómago lleno terminamos en el bar para beber un par de copas.

—¿No dijiste que no ibas a beber? —pregunte curioso, viendo como se terminaba su tercera botella personal de cerveza

—Bueno, no tenía ganas, pero luego mande todo al demonio, además últimamente las cosas no están saliendo como desearía.

—¿A qué te refieres?.

—Me acosté con un amigo y ahora las cosas están raras. 

—¿Y qué esperabas?, es raro que dos "amigos" terminen en la misma cama —desvíe la mirada para beber un poco, intente disimular mi enojo.

—Tienes razón, supongo que la amistad se terminó, solo me acostaría por alguien que si sea un caballero, como tú por ejemplo —dijo para dar otro trago a su bebida, de nuevo esta sensación, ahora más que nunca espero no quemarme, pero tal y como lo hizo él, mandaré todo al demonio

—_____, ¿aún tienes mentas?. 

—Por su puesto, ¿ya le echaste el ojo a alguien? —ingenuamente saco el paquete de su bolsillo y me entrego una, el ambiente era oscuro, perfecto para ser cómplice de este acto arriesgado 

Luego de tener la menta en la boca, me acerque tomando su mentón para posar mis labios con los suyos, nuestras respiraciones aumentaron, lo cual me sorprendió porque no era el único con ascias de hacer esto, con su mano sujetó el cuello de mi camiseta acortando el espacio entre nosotros...

The Flames Consume me (buck, eddie x Male Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora