Capítulo 16

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Dedicado a teddyftbooks

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RECUPERACIÓN

Por dos minutos completos, Iza no se negó a la satisfacción que llegó con el éxito que había tenido el hechizo. Tampoco se molestó en camuflarla en su voz mientras conversaba por teléfono con las hermanas, pues era la primera vez que volvía a comunicarse con ellas sin que fuera en griego antiguo. Para su sorpresa, estas sonaban aliviadas; resultaba tedioso tener que rebuscar en su memoria las palabras que habían aprendido de una lengua muerta.

—Iremos a buscarlo esta noche —declaró Tasia—, cuando haya menos actividad en el puerto.

—¿Crees que seguirá ahí para entonces? —interrogó Iza.

—Este tipo de envíos siempre sucede al anochecer. No es la primera vez que impedimos que sea vendido en otros territorios, aunque sí quisiera que fuese la última —añadió con un exhausto suspiro—. ¿Cómo te sientes? No necesitas venir con nosotras, de hecho...

Con aquella simple pregunta, los dos minutos llegaron a su fin. Si bien eran fuertes sus ganas de ir al puerto —cosa que definitivamente haría—, no bastaban para hacerle olvidar que cada centímetro de cuerpo daba la impresión de haber sido cargado por miles y miles de voltios. Había un débil zumbido insertado en sus tímpanos, como los calambres que punzaban sus piernas al caminar, como el cosquilleo en las puntas de sus manos.

—Me he sentido mejor.

—Esa es tu conexión con el collar, excepto que más fuerte. Todo lo que el ritual hizo fue amplificarla.

—No es lo más agradable que me ha pasado —confesó—, creo que no puedo estar quieta por mucho tiempo. Pero viviré... ¿Cierto?

—Vas a estar bien, Iza —prometió Tasia, suprimiendo lo que Iza sospechaba que era una risa—. Te recomiendo que descanses hasta esta noche, puede que el anillo te ayude a sobrellevar la peor parte.

Ella finalizó la llamada con un deseoso «Eso espero», seguido de una breve despedida. Por buena que pudiera ser la sugerencia de Tasia, Iza no creía poder calmarse lo suficiente para tomar una siesta de un par de horas. Era una pena; no dudaba que su cuerpo agradecería el descanso, mas su mente no se lo permitiría. La mayor parte de sus pensamientos estaba ocupada por el colgante y sus ansias de recuperarlo.

Durante su caminata, decidió controlar su respiración en un intento por ralentizar su pulso lo suficiente para ser considerado normal. Tomó una bocanada de aire y la retuvo por un par de segundos, antes de dejarlo salir poco a poco. Luego de unas cuantas repeticiones, el ejercicio había estado funcionando: solo tenía que enfocarse en su exterior, inhalar, aguantar y soltar. No obstante, una figura al otro lado de la calle rompió su concentración. Una melena castaña se movía a paso rápido frente a un restaurante de comida rápida. Sabía que ese andar, firme y confiado, solo podía pertenecerle a una persona en particular.

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⏰ Última actualización: Sep 12, 2022 ⏰

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Night Howls | Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora