Epílogo.

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Cuando cumplieron 18 años, Gusu Lan se tiñó se rojo como pocas veces lo había hecho. Una gran boda se festejaba y todos los clanes estaban invitados a la gran celebración. Después de todo, no siempre dos importantes y grandes sectas se unían a través de un matrimonio. Y cuando se trataba de la altiva Qishan Wen todo mundo pagaría por estar presente.

Años atrás cuando se corrió el rumor de un posible matrimonio, todos apuntaron a que se trataba de algunos de los jades gemelos por supuesto y la talentosa médico Wen. Grande fue la sorpresa cuando se anunció que el compromiso sería sobre Lan Wangji el hijo menor de Gusu Lan y sobre el que todos creían era el tercer hijo de Wen Rouhan, Wen Ying.

El líder de la secta Wen se tuvo que encargar de dejar en claro lo estimado que era su amado sobrino, presentando a su amada hermana y cuñado. El mundo de la cultivación tuvo mucho de que hablar por un largo tiempo pues nunca se imaginaron que la cultivadora rebelde fuera en realidad la primogénita Wen.

Para Wei Ying y Lan Zhan todo lo demás era sin importancia. Si ellos podían estar juntos todo el tiempo y ser capaces de casarse, se darían por bien servidos. Durante el tiempo que Wei Wuxian estuvo en Gusu para estudiar nunca se despegó de su prometido por ningún segundo. Todos los presentes sabían que donde estuviera Lan Wangji también lo estaría Wei Wuxian.

Si bien Wei Ying al inicio no había sido recibido de la mejor manera por ser un Wen, todo cambió cuando se enteraron de quienes eran en realidad sus padres. Cangse Sanren era una cultivadora muy respetada y Wei Changze era un cultivador muy famoso. Le comenzaron a llamar como Wei Wuxian.

Pará Wei Ying que había aprendido a no darle importancia a las palabras de las personas, decidió que no caería en provocaciones y se centraría en lo únicamente importante para el, su prometido. Alguna vez quiso acercarse a los Jiang, pero no había razón alguna para hacerlo y teniendo a una familia tan sobreprotectora como lo eran los Wen, ni siquiera pudo acercarse. Los saludo de lejos e intercambio cortesías algunas veces, pero estaba mejor así.

—Mi pequeño A-Ying se ve precioso.

La melodiosa voz de Cangse Sanren lo sacó de su ensoñación. Su madre estaba frente a él terminando de colocar los accesorios para el cabello. Todo en rojo porque hoy era su boda, y adornos dorados que hicieran contraste y representarán a la secta Wen.

Hoy era su boda, por fin después de tanto tiempo podía estar junto a Lan Wangji como su esposo. Trató de no sonrojarse por la atención que se le brindaba, su madre le observaba con una sonrisa orgullosa.

—Estoy un poco nervioso mamá.— Suspiró ligeramente y se entretuvo jugueteando con sus túnicas. Eran de un hermoso rojo con adornos de oro, con el fuego y gencianas de decoración. Su cabello lo mantenía suelto portando una corona de oro que había sido hecha especialmente para el, cortesía de su tío Rouhan.

—Es algo normal hijo mío, te casaras con el hombre que amas.

—¡Mamá! No digas cosas así...

Por supuesto la mujer solo pudo reír ante la vergüenza de su hijo. Wei Ying apreciaba cada momento que se le otorgaba con sus padres, él era realmente afortunado de tenerlos.

 
Wei Changze ingresó a la habitación tiempo después y se quedó ahí a un lado de la puerta sin decir ninguna palabra, Cangse Sanren solo sonrió al observar a su marido y se acercó a él. La mujer acarició la mejilla del cultivador y con cariño limpio las lágrimas que recién se formaban.

—Nuestro hijo a crecido, mi amor.— Wei Changze asintió con la cabeza, para el era tan emotivo ver a su hijo vestido de rojo con la gran sonrisa en su rostro.

—Mi pequeño ha crecido.

Wei Ying trató de no llorar si no todo el trabajo de su madre y de Wen Qing sería arruinado, sus padres lo atrajeron a sus brazos siendo acunado por ellos, definitivamente era muy afortunado.

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