JANAHEstaba sentada en el suelo cuando escuché su voz, me giré lentamente a mirarlo, tenía una expresión de preocupación y sus ojos estaban fijados en mi rodilla.
-Estás bien? -Dijo con una voz suave-
Aunque estuviera de cuclillas se notaba la diferencia de altura entre los dos, tenía unos pequeños pendientes negros, el pelo ligeramente ondulado, los ojos verdes claros y unas diminutas pecas que le favorecían.
-E-eh. -Tardé un poco en responder mientras le escaneaba con los ojos.- Si, no te preocupes.
Me intenté levantar cuando me cogió del brazo y me hizo pasarlo alrededor de su cuello, mientras él me cogía de la cintura. Mis pies apenas tocaban en suelo.
-Vamos a sentarnos en un banco.
-Espera -Me quedé pensativa hasta que vi mi
mochila en su brazo y me alivié--Tranquila, la cogí mientras me analizabas entero. -Sonrió ampliamente-
Hizo que se me ruborizaran las mejillas.
Nos sentamos en unas escaleras que habían cerca y sacó un paquete de pañuelos de su bolsillo. Llevaba unos pantalones vaqueros un poco rotos y una sudadera negra con letras japonesas.
-¿Seguro que estás bien? No paras de sangrar. ¿Cómo te lo has hecho?
-Supongo que un señor y yo nos pusimos de acuerdo en ir súper rápido y no ver a las personas que pasaban.
-Parece ser también que el señor era de hierro, ni se dio cuenta de que estabas en el suelo. -Lo dijo riéndose, con un poco de pena-
Mientras me limpiaba la herida con mucho cuidado y en silencio, a mí me surgió una duda que no había tenido antes. Me acordé de la nota y me aclaré la garganta un poco antes de hablar, estaba demasiado nerviosa.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
Asintió esperando mi pregunta.
-¿Cómo me escribiste la nota en el tren?
Se paralizó y hablé de nuevo.
-Quiero decir, estaba lleno de gente y me sorprendió ver la nota en mi mochila, escribes muy rápido.
-¿Viste la nota? -Apretó un poco la mandíbula-
-Si... Iba a añadir tu número peroo... Mi gato destrozó el papel. -Mentí- Ya sabes, lo cogen y no paran de jugar. -Me reí muy nerviosa-
No sé porque mentí, pero en ese momento no me apetecía hablar de Richard.
-No te preocupes, si te quedas más tranquila sabiendo como lo escribí, sólo te diré que tengo mucha experiencia moviendo los dedos. -Le salió una sonrisa pervertida-
En cuanto lo entendí me volví a ruborizar.
-Esto ya estaría listo. -Volvió a hablar-
Me quedé mirando mi rodilla que tenía una herida algo grande.
-Muchas gracias. -Le sonreí y me levanté- Auch, pica. -Hice una mueca de dolor-
Se levantó de un salto con mi mochila todavía en su brazo y me cogió de la mano. Mis pulsaciones en ese momento iban muy rápido.
-Quieres que te acompañe a casa?
-No quiero molestarte...
En cuanto me di cuenta estaba subida sobre su espalda, notaba sus músculos relajados y el olor a colonia que expulsaba.
Fui indicándole por donde era, me sentía bastante mal al ver todo lo que estaba haciendo por mí, pero no podía quejarme. Al llegar me bajó con mucho cuidado y me dejó en la puerta.
-Hemos llegado a tú parada. -Estaba imitando a la voz del metro- Qué harías sin mí! -Dijo ironizando-
-Me habría desangrado lentamente hasta mi muerte. -Dije burlándome-
Sonrió y me di cuenta que estábamos cogidos de la mano, cuando nos dimos cuenta nos separamos y abrí la puerta. Antes de entrar me lo pensé, lo estaba pensando en realidad durante todo el camino y volví a hablar.
-Te importaría darme de nuevo tu número?
Sonrió y me lo volvió a dar, esta vez lo apunté directamente al teléfono.
...
Llevaba horas discutiendo con mis padres desde que entré a casa y di la noticia de Richard. Ellos se llevaron una decepción enorme, insistían en que lo perdonara y volviera con él. Estoy segura de que me darían en adopción a cambio de adoptarlo a él.
-Os he dicho que no vamos a volver, qué es lo que no entendéis? -Lo dije agotada-
-Mira, vamos a llamarle ahora y lo solucionamos todo.
-¡No hay nada que solucionar! -Grité- Él me ha cambiado por otra y se acabó.
-Janah, hazle caso ahora mismo a tu madre y deja de ser tan terca.
-Llamadle si queréis, pero no vamos a volver, de hecho ya he encontrado a un chico muchísimo mejor, que me ha cuidado más en 10 minutos, que él en 3 años enteros de relación.
Se quedaron boquiabiertos y yo cerré de un portazo mi habitación , me tumbé y no me di cuenta de la presencia de mi perrita Bony, hasta que me comenzó a chupar la palma de la mano. Pensé que lloraría por Richard, pero tenía otro sentimiento más fuerte que no sabía que era, pero si por quien.
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Nuestra parada
RomanceJanah Evans, necesita coger el metro para arreglar las cosas cuanto antes con su novio. Pero allí conoce a un chico que podría ser... ¿Su próximo amor?