𝙋𝙚𝙡𝙪𝙨𝙞𝙩𝙖𝙨𖦹

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Narra omnisciente:

Ya los pequeños Haitani llevaban 2 meses en su nueva escuela.
En un principio les costó adaptarse, pero después empezaron a socializar un poco más con otros niños como un niño de cabellos negros y ojos amarillentos con un lunar en la mejilla llamado Kazutora, era un niño algo loco, pero su presencia era agradable.
También estaba otro chico de cabellos rosados  llamado Sanzu, que para ellos era insoportable, siempre les hacía bromas de mal gusto, pero por lo menos siempre estaba otro niño algo alto, mejor dicho, que iba en otro grado, pero siempre andaba con el niño de cabellos rosados, se llamaba Muto.
Pero habían dos pequeños que les llamaban la atención, dos pequeñas pelusitas, una naranja y otra azul, que habían llegado poco después de ellos en un grado menor a ellos.
La pelusita naranja siempre sonreía mientras que la pelusita azul siempre andaba con el ceño fruncido, causándole miedo a algunos estudiantes de la escuela.

Los pequeños Haitani querían hablarles, pero por alguna razón tenían miedo.
En más de una ocasión las pelusitas les pedía que les pasarán el balón o si querrían jugar con ellos .
Pero los rubios solo se quedaban paralizados sintiendo nervios.

Los pequeños no sabían que sucedía, pero entre tantos pensamientos que tenían entre si, habían llegado al punto de que esas pelusitas les hacían mal.
Es por eso que sentían esas mariposas en sus barriguitas y sentían sus caritas hervir.
Seguro tenían una clase de magia o hechicería que hacía que se sintieran de ese modo.
Y no se iban a quedar de brazos cruzados mientras esas adorables pelusitas les hacían mal.

Un día común en la escuela, ambos Haitani en el recreo se acercaron amenazadoramente hacia las pequeñas pelusas que estaban jugando al avioncito solos dispuestos a reclamarles sobre los efectos que le hacían sufrir a sus cuerpos —Oigan!-.les grito el Haitani mayor llamando la atención de los menores.

—Que quieren?-.dijo algo tosco la pelusita naranja, causándole nervios al Haitani mayor, pero no se iba a cobardar otra vez.

—Ustedes nos hacen sentir mal!
Que nos hicieron!-.exclamo el Haitani menor con un tierno puchero enojado.

—Disculpa?-.dijo la pelusa naranja acercándose a los Haitani con su sonrisa que a parte de ser tierna, también llegaba a ser aterradora.

El Haitani menor sintió como su cuerpo temblaba un poco, apesar de que era pequeño a comparación a ellos, desprendía un aura bastante amenazante.

—E-espera, Naho no les hagas nada-.dijo está vez la pelusa azul tomando del brazo a su hermano gemelo para que no le hiciera nada a los rubios, no querían meterse en problemas.—D-disculpen,  pero a qué se refieren? Mi hermano y yo no les hemos echo nada-.

El Haitani menor estuvo a punto de morir de la ternura que sintió al ver la pelusita azul de ese modo.

—Ustedes nos hacen sentir cosas raras en nuestros cuerpos! Tu y la pelusa naranja nos hicieron una brujería, así que ahora tienen que anular lo que nos hicieron!-.dijo el Haitani mayor mirando a la cara al peli-naranja.

pfft Jajaja, ustedes si que son raros, mi hermano y yo no les hemos echo nada.
No es problema de nosotros que ustedes se sientan asi, mejor vayan a la enfermería o algo así.
Déjenos en paz-.dijo la pelusa naranja con voz egocéntrica, para luego tomar la mano de su hermano mayor e irse a otra parte, dejando a los pequeños Haitani con grandes sonrojos en sus caras.

♪𖠌Fᴀᴍɪʟʏ 𝖪𝖺𝗄𝗎𝖼𝗁𝗈𖠌♪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora