𝙼𝚒 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊𝚜𝚝𝚛𝚊 ~ 𝓣𝓮𝓷𝓰𝓮𝓷 𝓤𝔃𝓾𝓲

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Pensó que ella volvería a tomar su celular y seguir hablando con su novio, pero desde que llegaron a la casa de Tomoe no ha hecho otra cosa más que estar hablando con él y su amigo, incluso se había sentado en sus piernas porque “no encontró otro mejor lugar en el cual sentarse”, claro que a Uzui no le importó que ella se sentará en sus piernas, podía ser su asiento las veces que fueran necesarias sin importar que hubiera más espacio en el cual pudiera sentarse

Tomoe podría jurar que si ellos dos no se hubieran conocido hace poco ya tendrían algo más que una relación de hermanastros, pero conociendo a su amigo está seguro de que terminara haciendo suya a su hermanastra en tan poco tiempo, sabe que a él no le importa si son familia o que sea de alguien más, todo lo que él quiere lo consigue sin importar que, a veces envidia a su amigo por ser tan suertudo pero también le gusta la vida que tiene a pesar de que él no tiene la misma suerte que su amigo calenturiento como él mismo le había puesto por estar pensando en el sexo todo el tiempo

Y a Uzui no le molesta que su amigo lo llame por aquel apodo tan raro, después de todo tiene razón en decir que es todo un calenturiento por estar queriendo estar con una chica teniendo sexo, o que al menos se quede mirando películas para adultos, es algo que ya no puede cambiar y todo gracias a su padre que por accidente dejo la película que estaba mirando para atender una llamada pensando que su hijo ya se había dormido y no abría ningún problema dejando la película ahí, pero Uzui había bajado por un vaso de leche como cada noche y para que su padre le leyera un cuento

Con tan sólo 8 años vio por primera vez como un hombre y una mujer demostraban lo mucho que se querían en una cama, o al menos eso le dijo su padre pero lo entendió cuando tuvo 15 años, aquello no era porque se querían, o al menos un poco, pero lo hacían también porque querían quitar la calentura que les estaba recorriendo por todo el cuerpo deseosos del otro, después de eso no fue el mismo aunque para los ojos de su padre sigue siendo ese niño inocente que jamás se interesará en tener a una mujer debajo de él a menos que sea porque quiere demostrarle que la ama

Con su hermanastra está más que deseando tenerla debajo de él, en ese momento estaba aguantando las ganas por no tocar sus piernas descubiertas, ese short que se había colocado le quedaba de maravilla, esas largas piernas que deseaba recorrer no sólo con su mano, sino también con su lengua y llegar hasta aquella zona que deseaba más que nunca por probar, y si sigue moviéndose de ese modo no podrá resistirse por más tiempo, le valdrá madres estar en la casa de su amigo y que estén en frente de él, la hará detenerse tocando sus piernas o alguna parte de su cuerpo para demostrarle como lo había dejado

Se acercó a su cuello para oler una vez más su delicioso aroma, soltó el aire caliente de su nariz haciendo que los bellos de la nuca de la pelirroja se erizarán, lo miró unos momentos con un leve sonrojó en sus mejillas y al ver la sonrisa ladina de Uzui la hizo girar de nuevo al frente moviéndose incomodándome sobre sus piernas, sin pensar que por ese simple movimiento había provocado aún más a Uzui, él sin aguantar más la tomo de la cintura y acercándose a su oído le mordió un poco el lóbulo de su oreja

—Deberías de calmarte un poco nena, no querrás que alguien despierte, ¿O sí? —le dijo con voz ronca

—Perdón —susurró

—Tomoe, se me apetece un trago, se un buen anfitrión y tráeme uno, que sea frío

—Enseguida —se levantó de su asiento sabiendo la razón del porque lo mando por un trago y tardaría sólo un poco para darle gusto

Uzui miró a la pelirroja que se había sentado en el sofá estando apenada por lo que había provocado, nunca pensó que aquello pudiera pasar pero le gustó el como le había hablado en el oído y quería volver a escucharlo hablándole así.