𝙼𝚒 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊𝚜𝚝𝚛𝚊 ~ 𝓣𝓮𝓷𝓰𝓮𝓷 𝓤𝔃𝓾𝓲

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Finalmente había llegado la boda de su padre con Carol, realmente no quería estar presente ahí porque le aburría estar esperando a que la ceremonia terminará y no podía irse porque era el hijo del hombre con el que Carol se iba a casar y sí o sí debería de estar ahí, poner una excusa no le servirá de nada, puede tener diarrea que el tendría que estar ahí, y si se caga se tendrá que esperar hasta que se termine para irse a cambiar

Rodó los ojos al verse en el espejo estando listo para bajar con su padre, salió de su habitación dirigiendose a la de su padre y al verlo listo se acercó a él, palmeo su espalda anunciandole que ya era hora, él asintió y salieron de la habitación, no podía ir a la habitación de la pelirroja para ver si ya estaba lista porque ella y su madre se habían ido al departamento en que se habían quedado cuando llegaron a Japón, y no podía ir porque debía de quedarse al lado de su padre y él ya le había contratado un chófer a su prometida para que la trajeran hasta la capilla dónde sería la ceremonia

Salieron de la casa y subieron al auto de su padre, este no podía borrar su sonrisa que se le había dibujado desde la mañana, Uzui entendía lo emocionado que estaba su padre por casarse con la mujer que amaba, pero ¿No estaba exagerando con aquella sonrisa?, Le estaba dando miedo la manera en cómo su padre estaba sonriendo, si así será el cuando se case entonces no piensa casarse nunca, además ¿Por qué casarse?, Si después se están separando por problemas o porque el amor entre los dos ya se acabó

Quizás así lo piense porque nunca en su vida había sentido algo más por alguien, ha tenido novias pero ninguna ha logrado sacarle de sus labios un “te amo”, o al menos un pequeño “te quiero”, todas han sido solamente un entretenimiento para él, siendo usadas solamente para una cosa y después encontrarlas aburridas las deshace igual que un pañuelo usado, y no necesita aquello porque así está mejor, así no sufre de una separación con dolor y llanto, siempre ha pensado que aquello es para débiles y él no se considera débil

Su corazón jamás será de nadie, será siempre libre de hacer lo que quiera sin que su corazón esté sufriendo. Cuando llegaron a la capilla entraron para esperar a Carol y a la pelirroja, Uzui tomó su asiento mirando a su padre en el altar acomodando su traje y mirando su reloj de mano cada un minuto, Uzui sólo rodó los ojos y se cruzó de brazos haciendo su cabeza para atrás mirando el techo blanco de la capilla, moviendo su pierna de un lado a otro esperando a que iniciara la ceremonia, aunque no estuvo así por mucho, ya que al ver a la pelirroja a un lado suyo se acomodo mejor y le sonrió

—Al fin llegan, me iba a ser viejo aquí —susurró

—Jaja perdona, mamá estaba muy emocionada y nerviosa que no quería salir de la habitación

—¿Y como es que salió?

—Le dije que Augustus se pondría triste y la dejaría, algo cruel lo último lo sé pero no se me ocurrió algo más —sonrió

—Bueno al menos llegaron, y por cierto, te vez hermosa

—Gracias, tú te vez bien guapo

—Sí lo sé

La pelirroja hizo una mueca cruzandose de brazos y rodó sus ojos mirando a dónde estaba su madre ya con Augustus, la ceremonia inicio y medio sonrió al ver a su madre tan feliz, quisiera tener una boda igual que la de su madre con el hombre que llegue amar más que a nada en el mundo, aunque no sabe si aquel día llegue pronto o si se llegará a casar, si se llegará a quedar sola habrá querido tener al menos un hijo para no sentirse tan sola, más si se llega a casar se sentirá muy feliz de tener a alguien a su lado y con un pequeño que alegre todos sus días que lo amara tanto como a su futuro esposo.