Capitulo 12

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Un sonido a lo lejos me molestaba, cerré los ojos. El ruido poco a poco aumentaba, hizo que entrara en la realidad. Tape mi cara con ambas manos, pero el ruido, mas bien, mi alarma estaba avisando que era hora de despertar. Estire mi brazo para tomar mi teléfono para apagarla.

Hoy era lunes, inicio de semana, vaya ganas de levantarme. Me senté en la cama y con mis manos talle mi cara. mi mirada se dirigió a mi pantufla en el piso

¿Vale la pena despertarme temprano?, pensé para despues ponerme de pie y meterme a bañar. Tome una ducha rápida, al salir me puse un pants café y un top blanco, me vestí y guarde mis cosas en mi mochila. Al salir escuche ruido de la cocina asique baje para ver quien era, deje mi mochila en el pasillo. Al entrar a la cocina lo primero que me tope fue a eros de espaldas, camine lentamente con intención de asustarlo.


-Que haces?- pregunte en sus espaldas

-Por todos los cielos Dalila- se agarro el pecho y yo comence a reir

-Perdon, jaja pero hubieras visto tu cara- me agarre el estomago

-Que divertido- ironizo rodando los ojos

-No seas amargado- le pegue en su brazo- que preparas?- me puse a su lado

-Pan con un poco de mermelada, gustas?- sonrio y me mostro su pan

-Claro— estire mi mano para tomar un pan de la bolsa pero Eros me la quito

—¿Que vas a hacer?— se giro hacía mi

—Es obvio, me preparare un pan— sonreí inocente

—No, ese es mi trabajo— y me tendió el pan que estaba preparando

—No es necesario que lo hagas, puedo hacerlo— me crucé de brazos

—Yo jamas dije que no podías hacerlo, solo quiero hacerlo por ti— me sonrió y me volvió a tender el pan

Solté una pequeña risa y tome el pan

—Bueno, ya que insistes— y le di una mordida al pan

Eros siguió poniéndole mermelada al pan y yo opte por preparar un licuado, así desayunamos.

—Que te parece ir conmigo a mi trabajo hoy?— pregunté tomando los vasos para llevarlos al fregadero

—Me gustaría, pero quería pedirte si me puedes dejar en la biblioteca para empezar con la búsqueda— se levantó de la mesa y se giro hacia mí

—Me parece bien, aprovechemos él tiempo— sacudí mis manos

—Si se puede, en la mas vieja de la ciudad— rasco su codo

—Si, solo deja subo por algo y nos vamos— apunte hacia arriba

Eros asintió y yo salí de la cocina para subir las escaleras, entre a mi habitación y abrí el cajón de mi closet, busque hasta el fondo y lo encontré.

Baje con el aparato en la mano y al ver a Eros en la puerta de la cocina se lo tendi.

—Tiene mi numero registrado, es un modelo viejito pero aun sirve, por cualquier cosa no dudes en llamarme— le expliqué

—Un aparato telefónico, interesante— lo tomo y lo giro entre sus manos observándolo

—Si sabes utilizarlo, no?— pregunte un poco apenada

—Pues, la verdad no, si los había visto pero jamas los he utilizado— su mirada se dirigió a la mía

—Okey, mira— me puse frente a el y lo prendí—con este botón se enciende y se apaga— le mostré— es un teléfono táctil asi que solo tienes que deslizar tu dedo por la pantalla— moví mi dedo sobre el aparato— y en este icono son los contactos, si quieres algo o alguna duda solo tocas mi contacto y le das en llamar— le mostré y mi celular comenzó a sonar

La maldición de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora