Capitulo 22

141 25 0
                                    

La cara de mi madre era un poema.

Extendió su mano hacia Eros y lo saludo.

—Un gusto conocerte, soy la Mamá de esta muchacha, espero no esté siendo un dolor de cabeza, algunas veces suele ser asi...— habló jalando a Eros para darle un abrazo

Lo cual hizo que él sonriera burlándose de mi.

—Mamá— interrumpí su discurso— basta— mi cara seguramente estaba completamente roja.

—Solo faltaban ustedes— dijo mi mamá tomándome del brazo—Tengo que hablar contigo— me jalo un poco lejos de Eros

—¿Que pasa mamá?— pregunte confundida

—Porque no me habías dicho que habías terminado con aquel muchachito bueno para nada y ahora traes de novio un tremendo bombon— dijo mirando a Eros por un lado

—No lo creí importante— dije casualmente

—Y el hecho de que el prometido de tu prima es tu ex novio tampoco era importante?— pregunto

—Pues... ya no es mi novio, supongo que tampoco es de mi incumbencia— alce los hombros

—Tienes muchas cosas por contarme muchachita, no es justo que yo no sepa las cosas, hace rato qué llegaron tomados de la mano casi me aviento a jalarle los cabellos— me dio un pellizco— si no porque tu padre me tomo de los hombros—

—Auhhh— dije sobándome en brazo

—Vamos, que solo los estamos esperando a ustedes— se encaminó hacía Eros

Este la recibió muy alegremente, mi madre tomo del brazo a Eros y comenzaron a caminar. Yo tuve que caminar rápido para alcanzarlos, al estar a la par Eros estiro su mano y tomo la mía.

Un escalofrío subió por mi espina dorsal, y caminé aun mas segura de mi.

Debo admitir que el salón era muy lindo, la puerta estaba decorada con un adorno de flores blancas y algunas vegetaciones pintadas de dorado, caminamos por un pasillo hasta llegar al pequeño salón.

Estaba adornado con las mismas flores que tenía el arreglo de la puerta, mentiría si no dijera que se veía lindo, porque lo estaba. Había una mesa larga al centro del salón y gente por cada esquina.

Enseguida pude notar a los padres de Guino, a ellos les tenía aun cariño pues jamás habíamos tenido problemas y siempre me trataron como alguien de la familia. Estaban conversando con mis tíos.

Mi mamá se apresuro a buscar a mi papá para presentarle a mi no-novio dejándonos solos.

—Cual es el infiel?— preguntó volteando solo su cara para verme

Inspeccione el lugar con la mirada y no logre localizarlos.

—No está aquí, tal vez se esta comiendo a Laura por algún rincón de por ahí— le regrese la mirada

—Pues ya estamos aquí, queda disfrutar— recorrió el lugar con su vista

—Vamos con mis padres— logre verlos platicando entre ellos en un lado de la mesa

Al comenzar a caminar hacía dentro las miradas inmediatamente sé giraron hacía nosotros (o mas bien Eros).

Los padres de Guino me brindaron una sonrisa incómoda a la cual yo les regrese una igual. Supongo que su hijo no les habrá contado la versión real de los hechos.

La hermana de Guino, con la cual jamás me lleve bien, estaba que se le caía la mandíbula al ver a mi acompañante.

Y es que quien no, Eros se veía jodidamente perfecto en ese traje.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 03, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La maldición de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora