Hambriento

Una tragedia - 5

Una figura encapuchada y con una mochila caminaba por las oscuras calles de la ciudad, se encontraba caminando por una zona de suburbios, las ratas en la basura y los gatos en los callejones hacían presencia en el sitio, algunos hombres fumando y otros bebiendo, alguna que otra mujer en puntos marcados, y uno que otro cuerpo tirado por ahí, claramente sin vida aparente, la figura se detuvo, su estómago gruño, se quedó estático unos momentos hasta que giro su cabeza, vio uno de los cuerpos inertes, de algún vagabundo o alguien a quien mataron y no sé molestaron en ocultar o buscar su cuerpo, sin importar cual de las opciones era, la figura observo por unos minutos el cuerpo, como entrando en un dilema interno, las personas en el sitio lo observaban, llevo su mano a su rostro y bajo lo que parecía ser una mascarilla en su boca, al hacerlo se reveló una afilada hilera de dientes, saliva descendiendo de estos, algo de vapor saliendo de la boca, y un gran corte que se desplazaba por las mejillas, dejando una enorme boca

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Una mujer peliverde se encontraba en la estación de policía, su cuerpo no paraba de temblar, sus ojos muertos y carentes de vida, enormes ojeras y un esquelético cuerpo, la mujer estaba cubierta por una manta mientras abrazaba su propio cuerpo, un oficial se paró frente a ella y la guió a una oficina, al llegar el oficial se fue y entro ella sola, al hacerlo vio a un hombre pelinegro, con camisa blanca y mangas arremangadas, la habitación tenía todas las ventanas cerradas, aparte del escritorio donde se encontraba sentado el hombre detrás de el habían taquillas con algo escrito en cada cajón, alguna cajas con varios papeles en el suelo y un perchero donde había un sombrero y un saco, el hombre la invitó a tomar asiento, la mujer temblorosa asintió y se sentó en la silla frente a ella

El hombre abrió un cajón de su escritorio y saco un archivo, lo dejo delante de él mismo y luego tomo unas tazas que tenía junto a la lámpara en la esquina de su escritorio, sirvió algo de te y le ofreció a la mujer, está acepto el gesto y tomo la taza con ambas manos, lentamente dio un pequeño sorbo a su te, la taza de té era lo único que le daba calidez a su cuerpo, la manta ciertamente no servía de mucho, el hombre se quedó observando a la mujer con las manos entrelazadas y pegadas a su mandíbula, el hombre desarmo su posición y también tomo una taza, sirvió te y dio un sorbo, luego de eso la dejo a un costado y tomo el archivo frente a el -Bien señora Midoriya, primero que nada, lamento lo de su hogar, pero no sé preocupe, nos aseguraremos de otorgarle uno en lo que reparan el edificio- hablo el hombre, la mujer asintió levemente y volvió a darle otro sorbo a su te, el hombre miro una vez más el archivo y continuo hablando -Señora Midoriya, le importaría hablar de su hijo conmigo ?-

Al momento de mencionar a su hijo la mujer se tenso, su cuerpo comenzó a temblar aún más, su mandíbula tiritaba y sus dientes chocaban entre si mientras que sus labios parecían tener espasmos, el hombre noto esto y trato de calmarla -Entiendo que no quiera hablar de esto, tómelo con calma, respire y trate de calmarse- la mujer observo al hombre frente a ella e intento lo que sugirió, trato de calmarse, regulo poco a poco su respiración y comenzó a exhalar por la boca, luego de unos minutos se logró calmar -Bien, antes que todo me disculpo por no presentarme, yo soy el detective Naomasa Tsukauchi- la mujer lo observo de una manera tímida, pero no respondió -Bien, ahora sí, por favor, respire y pretende atención, necesito que me hable de su hijo- la mujer tembló levemente al oír que menciono a su hijo, el detective no era un tarado, sabía que algo más había relacionado a su hijo, la mujer tomo otro sorbo de té y en voz baja, casi inaudible le respondió -esta bien- el detective asintió y comenzó a ojear el archivo en su escritorio -Dire lo básico y usted me va a corregir si me equivoco en algo, bien ?- Tsukauchi realizó una pausa esperando respuesta alguna de la mujer, está simplemente asintió muy levemente