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Si quieres escapar de la realidad procura que tus decisiones no te encaminen a la peor de las condenas

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Si quieres escapar de la realidad procura que tus decisiones no te encaminen a la peor de las condenas. Deja de soñar despierta y mantente alerta.

Estaría mintiendo si dijera que no pensé en Noah el resto del día, porque realmente eso es lo que hice, pensé y pensé en él una y otra vez, y en todo ese tiempo recordé la sensación deliciosa de sus labios sobre los míos, de sus manos sobre mi cuerpo, de sus ásperos dedos sobre mi piel y de sus musculosos brazos rodeándome y provocándome corrientes maravillosas en el estómago. Todos esos episodios se adueñaban de mis sentidos y me hacían imaginar cómo sería lo nuestro cuando fuéramos más allá de la superficie y sobrepasáramos la barrera de amigos que se besan.

Suspiré encantada y dejé caer la cabeza sobre la almohada. Absorta en los detalles de nuestro último encuentro coloqué la mano sobre mi pecho, allí donde mi corazón latía desbocado.

Era sensacional lo que Noah producía en mí sin siquiera estar presente, sin duda alguna ese chico tenía un poder increíble que me hacía desear entregarme por completo a su persona.

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Estaba en el entrenamiento de animadoras cuando él me llamó. Les dije a las chicas que se tomaran un descanso de cinco minutos y posteriormente atendí su llamada y me aparté lejos del grupo. Caminé hacia uno de los árboles más cercanos para cubrirme con su sombra de los rayos solares, ya que a esta hora del día estos se asomaban entre las nubes y hacían contacto directo con la piel.

-Aquí Ashley, ¿a quién tengo el honor de saludar? -exclamé en un tono alegre, transmitiéndole la emoción que me producía su llamada.

-Estás hablando con el chico de tu vida, Ash -respondió él al otro lado de la línea, haciéndome sonreír.

-Ya, claro. Permíteme dudarlo -comenté en broma para hacerle enfadar-. ¿Qué ocurre? Estoy algo ocupada en el ensayo, todavía falta la mitad del segundo tiempo, así que si vas a decirme algo suéltalo ahora.

Logan carraspeó su garganta y tardó un segundo en decir:

-¿Tienes un segundo para hablar? Necesito contarte algo.

Dejé que el silencio invadiera la línea y después hablé:

-Estoy ocupada en algo importante y tengo un grupo de porristas esperando por mí, Logan, yo...

Él me interrumpió sin mérito alguno.

-Ya casi es la hora del almuerzo, en ese horario todos están en el comedor. Yo creo que sería una buena oportunidad de poder vernos en los dormitorios para charlar un rato, ¿Tú qué opinas? -propuso y después de unos pocos segundos agregó -. ¿Puedes venir o no? Me haría bien que dijeras que sí, pero lo entendería si me respondes que no, ya sé que usualmente no nos vemos a solas para evitar malos entendidos, pero... me apetece verte.

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