YeonJun salía del gimnasio en el que fue acorralado tras su práctica de básquet, limpiándose insistentemente los labios con la manga de su suéter.
—¿Por qué las chicas insisten en besarme? —susurró—. Es asqueroso.
Apenas caminó un par de metros fuera y se encontró con cierto estudiante pelinegro.
—Hola YeonJun.
—Hoy no estoy para tonterías, SooBin —dijo fastidiado.
—Anda, bonito, sólo dame tu número.
Hasta ese momento, YeonJun se detuvo a observarlo minuciosamente. SooBin tenía mejillas regordetas, pero rostro perfilado. Cabello lacio y alborotado, además de ser ciertamente más alto que él y eso lo hacía destacar con sus ojos brillantes de venado con sonrisa perfecta.
SooBin sí que era muy guapo.
Con eso en mente, no pudo evitar ponerse de puntitas para dejar un corto beso en sus labios.
—Ya tienes un beso mío. ¿Para qué quieres mi número?
Y SooBin se sonrojó completamente mientras se iba.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
