Llevaba un par de cuadras intentado sacarle palabra alguna a YeonJun, pero este sólo insistía en arrastrarlo hacia quién sabe qué parte.
Aunque no es como que SooBin se quejara, ya que YeonJun se veía adorable con ceño fruncido y evidente molestia. Era lindo.
Llegaron a un punto fijo del jardín de su casa. Y, después de varios minutos en los que no habían hablado, YeonJun tomó el valor de verlo a los ojos, con sus mejillas ardiendo.
—SooBin.
—¿Sí?
Antes de que pudiera procesarlo, YeonJun lo abrazó por el cuello, y lo besó tan rápido la idea lo abordó con SooBin frente suyo.
Había anhelado tanto ese momento de nuevo sin siquiera saberlo.
Tras separarse, SooBin mantenía una expresión confusa en su rostro, y un sonrojo igual en sus mejillas.
—Me gustas —dijo finalmente—. Me gustas mucho, SooBin, y no puedo permitir que nadie robe tu corazón, quiero hacerlo yo primero… —Con el poco valor que le quedaba, por fin le preguntó: —Dime, ¿qué sientes tú por mí?
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