YeonJun salía totalmente cabreado de su última clase, indignado principalmente con su profesor. ¿Por qué está tan enfadado? Te preguntarás...
—¡Hey, Choi YeonJun, espera!
Gracias a él, y a su poca originalidad de formar equipos, tenía que trabajar junto a Choi SooBin el resto del semestre. Sí, el mismo compañero que lo molestaba y le coqueteaba descaradamente... ¡Qué alegría! (Nótese el sarcasmo).
—¿Qué quieres? —preguntó irritado.
—Somos compañeros de proyecto.
—Ajá, ¿y?
—Y... necesito tu número para ponernos de acuerdo. —SooBin sonrió cínicamente, notándose sus dobles intenciones en aquella petición.
—Ni loco. —YeonJun sacó una libreta y un bolígrafo de su mochila—. Pásame tu dirección, yo iré a tu casa.
—¿Por qué no yo a la tuya?
—No quiero que conozcas dónde vivo, psicópata.
Eso sólo le dio risa a SooBin, quien le regresó la libreta con la nota, y un corazón a un lado.
—No importa cuánto lo evites, Choi YeonJun, lo voy a conseguir —dijo, antes de irse con su ego elevado.
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