Capítulo 7 - Flashbacks

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Después de un día con sesiones dobles de entrenamiento preparando los partidos del Europeo, Leila, Patri, Alexia, Pina, Luisita y Amelia, se encontraban en la sala de estar del hotel hablando sobre recuerdos, cómo se conocieron entre ellas, y las primeras impresiones que tuvieron.

- Pues nosotras, - empezó a decir Patri - nos conocimos cuando Leila llegó al Barça después de sus aventuras por tierras valencianas, y nos tocó compartir vestuario. Como toda historia con final feliz, al principio nos llevábamos como el perro y el gato.

- Pero no pasa nada, porque aquí estamos, - saltó Leila - porque lo importante es cómo acaba la historia, no como empieza. Pero a decir verdad hay veces que me caes igual que al principio, y te mandaría a la mierda... - terminó confesando.

- Piensa que nuestra amistad depende de un tatuaje, y como nos enfademos quitarlo es muy caro. - dijo Patri. - Y vosotras, Luisita, ¿cómo os conocísteis?

Luisita y Amelia se miraron, sabían que ese momento llegaría, y que tocaría remover el pasado, pero como habían acordado, estaban juntas en esto, e intentarían salir lo más aireadas posible.

- Nosotras nos conocimos con 12 años en un campamento de fútbol en Asturias. - empezó Luisita.

- A diferencia de vosotras, nosotras nos hicimos inseparables desde el primer día. - siguió Amelia - Y aunque nos veíamos un mes al año, y en torneos donde algunas veces coincidíamos con nuestros clubes, siempre intentábamos estar en contacto.

- Pero hay que decir que no nos hacíamos mucho caso hasta los 14-15 años, que fue cuando empezamos a tener más cosas en común, y ya no todo lo relacionábamos con el fútbol.

- También te digo, entre vacas y prao' poco se puede hacer, ¿eh? - comentó Alexia.

- Pues no te creas, ¿eh? - dijo Amelia - Los monitores se lo montaban bastante bien para que por la noche solo quisiéramos dormir...

- Dormir, dice... ¡PERO SI NO CALLABAS, TRONCA! - dijo Luisita - Vaya noche me diste la última semana que estuvimos ahí...

- No te quejes, que solo fue un día... - intentó defenderse Amelia.

- No me estoy enterando de nada, así que ya podéis estar contando la historia, - soltó Patri - que aquí todas queremos shippear y que el barquito siga a flote, y esto es contenido Luimelia.

- Pues a ver... - dijeron Luisita y Amelia a la vez.


*flashback*

Siempre iban juntas a todos lados, eran uña y carne. Compartían habitación y por las noches tenían conversaciones donde se confesaban sus mayores secretos. Con 16 años, sabiendo que podía ser su último campamento juntas, una noche antes de dormir, Amelia le contó a Luisita, algo que no le había dicho a nadie.

- Luisita... ¿estás despierta? - preguntó Amelia susurrando.

- ¿Qué quieres? - dijo Luisita con voz ronca medio dormida.

- Necesito decirte algo... es importante para mí.

Luisita, al escuchar eso, no dudó ni un segundo y se giró hacia su compañera, dándole pequeños golpes al colchón para que se tumbara con ella. Amelia, con un poco de miedo, se levantó y se tumbó junto a su amiga, se apoyó en su pecho, y la abrazó. La rubia sabía que si la de rizos se ponía en esa posición, era algo muy importante, y que tenía miedo de su reacción, por lo que para tranquilizarla, empezó a acariciarle la cabeza, y con la otra mano buscó el brazo que Amelia había estirado por encima de su barriga, y con pequeñas caricias, llegó hasta su mano y la apretó en señal que estaba con ella, que podía confiar, y fuera lo que fuese, saldrían de ello juntas.

Toda una vida sobre el verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora