IV.

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Ya no tenía manera de pagar mi casa, desde ese día todo se desplomó; las ofertas de trabajo, los castings, los proyectos que me contemplaban, las llamadas, los contratos... absolutamente todo.

Decidí tomar un baño y vestirme antes de salir, faltaba tiempo para ver a la anciana pero pensaba comer fuera en algún restaurante de comida rápida, después de todo ya no había comida en la nevera.

Dejé caer la ropa que llevaba puesta en el piso del baño antes de entrar en la ducha, abrí la llave de la regadera y esperé a que el agua cayera sobre mi... No lo hacía, cerré la llave y esperé un poco antes de abrirla de nuevo; «uno...dos...tres...cuatro...», giré mi mano y esperé por el agua hasta que finalmente cayó. «Está helada», fue lo primero que pensé al sentir como si miles de cubos de hielo me estuvieran recorriendo la espalda, pero no le dí mucha importancia; había escuchado a Angela decir que ducharse con agua fría por las mañanas era bueno, pues despejaba tu mente, te brindaba energía, reafirmaba tu piel y estimulaba las llamadas "hormonas de felicidad"...

Es la mejor manera de empezar tu día, Walker, deberías hacerlo más a menudodecía de manera burlona mientras salía del baño, ella ya había terminado de ducharse y yo apenas estaba comenzando.

Lo recuerdo bien, recuerdo haberla visto arreglando su pelo y riéndose de mí cuando escuchaba los quejidos que me provocaba el líquido al caer de la regadera, recuerdo que esa vez los diez minutos que solía durar mi ducha fueron los diez minutos que más odié de todo el día.

Recuerdo que al terminar me quedé sentado sobre el inodoro cubriéndome con una toalla con el fin de abrigarme, estaba temblando gracias a la temperatura del agua, lo único que pasaba por mi mente en ese instante era todo un diccionario de insultos que no me atrevía a decir en voz alta con Clare al otro lado de la puerta, así que me conformé con maldecir por lo bajo hasta que un rechinido llamó mi atención. En ese momento ella entró al baño y me miró de manera burlona, de seguro la escena le divertía a montones.

—Deberías comenzar a vestirte Tony, tu casting es en 40 minutos y no creo que debas presentar tu papel casi desnudo, no sería profesional

—Gracias, preciosa. —dije tiritando del frío que tenía—.Sólo que dudo poder presentarlo, llama al director y dile que no iré, que su estrella está muriendo de hipotermia y que vaya consiguiendo a alguien más, estoy seguro de que a Woods le encantaría el personaje.

—Eres un bebé Tony —dijo de manera burlona—, las revistas me pagarían mucho si revelara que su actor favorito no puede tomar un baño frío en la mañana sin lloriquear.

—¡Yo no lloriqueo! —dije sobresaltado—,sólo soy un fiel aficionado a las duchas calientes— seguí con una sonrisa en mis labios.

—Tomaremos una llegando a casa —respondió la rubia con un tono coqueto mientras se sentaba en mi regazo—, te dejaré encender velas y poner uno de tus horribles vinilos en el tocadiscos del comedor— dijo haciendo una mueca evidente de desagrado, reí por su gesto y contesté:

—Alguien debe poner ambiente, Angy —dije burlón y me incliné para juntar nuestros labios...

Me di cuenta de que estaba divagando mucho en mis recuerdos y estaba llegando a cosas que no quería tocar, me enfoqué en apresurarme y salir del baño lo más pronto posible. La ducha podía llegar a jugar en tu contra tomada de la mano de tu mente, esas dos juntas podían ser la mejor o peor combinación, pero eso dependía de ti.

Salí de la ducha, recogí mi ropa del piso, tomé la toalla de manera apresurada y me dirigí a mi armario, aún debía vestirme. Me secaba el cuerpo mientras buscaba entre mi ropa algo no tan elegante, recorrí cientos de trajes y smokings hasta que mis dedos sintieron algo parecido a un pedazo de tela de satín, al instante supe que la prenda era de color vino y al ubicarla con mis ojos vi que estaba en lo correcto... Hace años no veía ese traje.

Lo saqué del mueble con cuidado y lo puse sobre la cama, me quedé viéndolo unos segundos con nostalgia... aún recordaba la primera vez que lo usé, fue exactamente hace 12 años cuando empezaba a tener éxito en pantallas; después lo podría seguir contemplando. Regresé a buscar entre mi ropa hasta que encontré una camisa y unos jeans adecuados para la situación, me vestí y rápidamente sequé mi pelo para después poner loción en mi cuello, muñecas y así verme una última vez en el espejo antes de salir.

Todo el camino manejé en silencio, tenía miedo de encender la radio y escuchar cómo hablaban más mierda de mí... Miré el rolex en mi muñeca y vi que aún tenía bastante tiempo de sobra antes de la cita, podía perfectamente ir a comer con calma antes de llegar al departamento, así que me estacioné frente al primer lugar de comida que vi.



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Las paredes lloran © (Crying Walls)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora