Capitulo 1. Prólogo

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Lluvia

Eran como las 7:00 de la mañana y un ruido relajante despertó a Shen Yuan.

Se giro en la cama para darle un beso en la mejilla a la persona que se "supone" debería estar durmiendo a su lado, pero en vez de eso sintió un vacío.

Probablemente este en la cocina preparando el desayuno.

Con eso en mente se relajo y decidió esperar a que su amado regresara. Pasaron diez minutos y no apareció. Eso le preocupo por lo que decidió levantase y comenzar a buscarlo por toda la casa de bambú, con algo de suerte lo encontraría regando las semillas del cacao que consiguió no hace mucho en una región extraña cuando realizaba una búsqueda por más ingredientes para realizarle nuevos dulces. Y si no tenía esa suerte podría ser que se fue al Reino demoniaco.

—¿Binghe?~—. Canturió Shen cuando llegó a un lugar que parecía ser un hibernadero?

No había rastro alguno de vida por lo que decidió regresar a su habitación para cambiarse y dirigirse a la cede en el Reino demoniaco.

Shen Yuan iba por los pasillos enojado, no podía creer que Luo Binghe lo dejara durmiendo en vez de despertarlo para acompañarlo.

—Disculpa ¿sabes donde está Binghe-—. Le preguntó a un demonio que pasaba por ahí.

—Sí, consorte Shen, se encuentra en su despacho—. Dijo el demonio manteniendo la mirada baja.

—oh, muchas gracias, no te molesto mas—. Siguió con su camino.

Cuando llegó la puerta estaba entre abierta, a través de ella se podía ver a un Luo Binghe sumamente concentrado en lo que sea que este haciendo.

Tenía una vela encendía ya que las ventanas estaba cubiertas por cortinas gruesas y grandes que impedían el paso de la luz.

Esa poca iluminación que llevaba a su rostro y esa expresión... Se ve muy guapo Shen Yuan tenía muy pocas oportunidades de tener una vista así ya que normalmente cuando el estaba cercas Luo Binghe le daba más a tensión a él y dejaba de lado todo el trabajo que se supone es sumamente "importante".

Ojalá pudiera seguir vien-

—¿Shizun?...—.

Oh, parece que me descubrió. A veces siento que la sangre demoníaca es un problema. Si quisiera asustar a Binghe no podía

—Sí, soy yo, voy a entrar—. ¿Que caso tenía seguir escondiéndose si ya lo había sentido?, así sin más entró.

—Hola, Binghe, ¿ya desayunaste algo-—. Mientras entraba hecho un vistazo al escritorio donde Luo trabajaba. Solo pudo ver una mísera taza de té vacía.

—¿No me vas a decir que eso es todo lo que desayunaste? ¿Cómo es que me preparaste un desayuno muy delicioso y no fuiste capas de tomar algo? —. Dijo molesto tomándolo del brazo para llevarlo a rastras a la cocina, no sin antes darle un beso.

—Lo siento shizun, es que había asuntos importantes que no podían esperar—. Luo se encontraba feliz de que su marido estuviera preocupado por que no había comido nada más que una simple taza de té, aunque ¿eso contara como comida?

Una vez en la cocina Shen sentó a Luo Binghe en la mesa y el se dispuso a cocinarle algo. Una cosa hay que aclarar: tiene años que no cocina por lo que puede que su comida ya no sepa tan buena como cuando estaba en ese "mundo", pero eso no le impedía de vez en cuando cocinar algo para su amado.

—Entonces, Binghe, ¿por qué te levantaste tan temprano? —. Dijo mientras picaba la cebolla.

—Emm... Bueno shizun, veras, es que unos demonios estuvieron causando estragos y había que hacer papeleo—.

El Extraño Evento del SistemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora