El Extraño Evento del Sistema

La Batalla Final.

Para el momento en el que los sedantes perdieron su efecto Luo Binghe estaba enojado, no podía contener todo la furia que sentía con sigo mismo por ser un inútil y con el sistema por haber orillado a su esposo a engañarlo para que pudiera vivir.

Cuando Hua Cheng abrió sus ojos lo inundó una ira indescriptible, él no se detuvo a culparse, mas bien, en cuanto sintió que podía moverse empezó a destruir los muebles de la habitación haciendo que el sistema apareciera.

— ¡AHORA MISMO ME VAS A REGRESAR A MI GEGE! —Gritó Hua Cheng sin decoro.

—¡Y A MI A MÍ SHIZUN! —Exiguo Luo.

Por su parte el sistema simplemente los ignoro y volvió a desaparecer dejándolos solos en esa habitación.

No pasó mucho de la desaparición del sistema para que Lluvia Carmesí volviera a destruir la habitación en busca de atención y que el sistema cumpliera sus exigencias.

El gran demonio Luo Binghe se le unió al poco rato pero no duro mucho puesto que pensó que él sistema podría hacerle algo a cuerpo de su esposo, por lo que se detuvo y sentó en una de las camas que aún no había sido destruida por Hua Cheng.

Cuando él sistema volvió a aparecer le dijo a Lluvia Carmesí que se calmara,  pero, este no le hizo caso.

Como él sistema vio que estaba siendo ignorado le dijo: "[Esta bien, si no quieres descansar es tu problema, si tantas ganas tienes de golpear algo te daré lo que quieres]".

Claramente el sistema ya estaba harto de sus actitudes, por lo que ya no de molesto en prestarles una pizca atención.

El sistema se volvió a esfumar como las veces anteriores.

Lluvia Carmesí siguió golpeando las cosas esperando el sistema se dignara a cumplir su petición: cambiar su lugar con el de su esposo.

Cuando el sistema volvió a aparecer esta vez no dijo ni explicó nada, simplemente envolvió a los protestantes en la típica luz blanca cegadora. Para cuando volvieron a tener noción de donde estaban era un lugar abierto, que era limitado por cuatro paredes, las cuales estaban pintadas de azul para asemejarse al cielo. El piso era de arena, la cual como llevaba rato recibiendo directamente los rayos del sol estaba tan caliente que podría ser capaz de freír un huevo.

[Bueno, señores, esta vez es algo diferente a los anteriores juegos puesto que este es un juego de fuerza. Pelearán entre ustedes para ver quien será el vencedor. Aquel que gane podrá regresar a casa con su respectiva pareja.
La única condición es que no podrán usar energía espiritual ni demoníaca, sólo será pura fuerza bruta.
Como en el juego anterior: no tendrán límite de tiempo por lo que el juego culminará cuando alguno de ustedes muera.
Sin más que decir pueden comenzar].

Tanto Luo Binghe como Hua Cheng no dudaron en atacar. Prácticamente cuando el sistema dijo que podían comenzar ellos se lanzaron a la persona contraria para comenzar a intercambiar golpes.

Luo dejó salir todo lo que contenía dentro de si, golpeo en la mejilla a lluvia Carmesí con el puño cerrado azotando lo contra la pared.

Hua Cheng por su parte en el momento en que se pudo estabilizar puso una cara que le causaría tormento a cualquier niño. Era una cara de ira, de su cuerpo emanaba maisma pesado. Esa aura era capaz de hacerle saber a la gente que debía alejarse de ahí aún estando a 10 ké de distancia.

Hua Cheng le devolvió el golpe a Luo Binghe pero este a su diferencia no fue azotado contra la pared, en su lugar término siendo restregado contra el piso.

Los golpes continuaban, no cesaban por nada de lo que ocurriera a su alrededor. Ambos estaban tan centrados en ganar que no se dieron cuenta en que momento la lluvia se precipitó y comenzó a mojar todo a su alrededor.

El cielo ahora era gris, por lo que las paredes azules contrastaban bastante, la arena dejo de estar caliente y conforme las gotas de lluvia caían sobre esta se enfriaba. De no ser porque la arena era arena habría echo un gran campo de lodo.

Apesar de que la lluvia los golpeaba con tal fuerza que aparentaba descargar todo el odio que el sistema albergaba en su interior, pero, apesar de la inmensa fuerza la pelea no cesó. Intercambiaban golpes que los hacían embarrar de arena al otro.

Prácticamente sus ropas pasaron de ser una tela fina como la seda a ser un conjunto de harapos llenos de arena.

La pelea estaba reñida. Por un lado estaba el rey demonio Luo Binghe, bendecido con la suerte del protagonista y la preferencia del sistema, mientras, que por el otro lado estaba Hua Cheng, la mejor de las cuatro calamidades, gobernante de la ciudad fantasma y esposo de un Dios de la basura al cual amaba mucho, poco bendecido con fortuna en su pasado, pero el más suertudo en la actualidad.

Estuvieron luchando por al menos dos días, pues al tercero el sistema decidió intervenir. Le sorprendió bastante el que su aguante fuerte tan inmenso que pudieron aguantar mucho tiempo sin descansar, beber agua o ingerir alimento alguno.

Estaba en un dilema, no sabía a quien favorecer, por lo que estuvo viendolos en silencio por un rato hasta que se decidió y actuó.

No hizo mucho, simplemente decidió ayudar un poco a su preferido y consentido Luo Binghe haciendo a Hua Cheng resbalar con la arena mojada. Y sí, seguía mojada puesto que en los tres días que llevaba la pelea no había cesado ni un segundo.

Durante el silencio prolongado que tuvo decidió ayudar a Luo por dos cosas: una fue que era su favorito, por lo que no lo iba a dañar de ninguna forma, la segunda fue que Hua Cheng había destruido todo lo que le había tomado tanto tiempo en construir. Claramente Luo Binghe también lo hizo, pero se lo paso porque era su consentido.

Tras el desafortunado resbalón de Lluvia Carmesí Luo Binghe decido aprovecha para tomarlo por el torso con sus grandes, anchas y Fornidas manos. Curiosamente cuando la nunca de Hua Cheng chocó contra la pared azul comenzó a desvanecerse en cientos de mariposas.

Perdoname gege, te fallé, no pude protegerte, no estuve con tigo cuando te fuiste, no pude cumplir mi promesa sobre traerte de vuelta, perdoname por ser un mentiroso y no haber cumplido. Te pido perdón, pero se que no lo merezco, soy un inútil, mentiroso, una completa basura que no pudo cumplir su único propósito en esta vida. Persona a este horrible ser.

El sistema sabía claramente que Luo Binghe no iba a poder matar a Hua Cheng a menos de que este destruyera sus cenizas, pero claro, él no cargaba con ellas. Estaban rodeando el cuello de la persona más preciada para él, por lo que no moriría tan fácil. Así que el sistema se puso atento a cuando Luo lanzara a Hua Cheng y este recibiera un golpe mortal para destruir las cenizas dentro del anillo ubicado en el cuello del cuerpo frío y sin vida de su Alteza.

—¡MUY BIEN! ¡YA LO VENCÍ! ¡AHORA REGRESA A MI SHIZUN! —. Exigió Luo Binghe con desesperación, prisa y ansias.

El sistema no dijo nada, simplemente se desvaneció y dejó a Luo Binghe solo bajo la inmensa y fría lluvia.

—¡ESO NO ES JUSTO, LO PROMETISTE, MÁS TE VALE CUMPLIR O VERAS DE LO QUE SOY CAPAZ! —Luo estaba en un péndulo entre la cordura y la ira.

Cuando vio que el sistema no volvió a aparecer se enojo bastante, pero no perdió su raciocinio, cabo un hoyo lo suficiente profundo como para que él cupiera estando parado, una vez estuvo listo el hoyo tomó el cuerpo de Hua Cheng en sus brazos y lo depósito en ese hoyo—. Perdón, prometo que matare al sistema por lo que nos ha hecho a todos, sobre todo por no cumplir su promesa.

Luo tapó el hoyo y empezó a golpear las paredes azules. Estuvo así unos minutos unos hasta que la pared sucumbió antes la inmensa fuerza derramada por sus puños.

Cuando la pared se rompió algo extraño sucedió con el cuerpo del Gran Demonio Luo Binghe; su visión se torno borrosa, el cuerpo le pesaba tanto que cayó al piso como una roca, cuando su cabeza golpeo el piso perdió la noción de todo lo que ocurría a su alrededor...

ೋ❀❀ೋ═══

Holaaaaaaaaaaa, a una semana de terminar, que bien, como han estado? Bueno yo me desaparezco, bonito puente y disfruten lo mucho🥰.