f o u r

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1982

k i a r a

Ya había pasado una semana y unos cuantos días desde la visita de Severus Snape al departamento de los hermanos Lupin.

Kiara no había abierto el maletín desde aquella vez y sólo lo había tocado una vez y fue para esconderlo en un lugar donde Remus no lo encontrara.

Ella sabía el nombre del mortífago al que quería entregar, no tenía necesidad de revisar aquellos expedientes, ella ya había tomado su decisión.

Lucius Malfoy.

Estaba teniendo un debate interior. Ella sabía que él y la prima de Sirius, Narcissa, se habían casado y ahora tenían un hijo no mucho mayor que Harry y no le gustaría que otro niño creciera sin su padre como el pequeño a su cargo lo estaba haciendo en estos momentos, pero a fin de cuentas era un mortífago, un criminal y el sentimiento de Kiara hacia Lucius Malfoy iba más allá que simplemente justicia para todas las víctimas de las atrocidades de El-que-no-debe-ser-nombrado.

Marlene. Dorcas. James.

Ella quería venganza, venganza por Regulus.

Malfoy había sido quien llevó a Regulus a su primera reunión y fue él quien convenció a lord Voldemort de que él sería útil para hacer cualquier cosa que se le pidiera.

Kiara lo odiaba y odiaba aún más que estuviera libre de culpa, viviendo su cuento de hadas a un lado de su esposa y su hijo, cuento de hadas que ella debería de estar viviendo con Sirius o Lily con James.

Era injusto y ella odiaba la injusticia. Él merecía ser encarcelado y pagar por todo lo que hizo.

—Ya me voy, ¿estarás bien? —la voz de su hermano la sacó de sus pensamientos.

—Siempre lo estoy, Remus, deja de preocuparte —la comisura de su labio se crispó levemente.

—Volveré antes hoy, podemos salir a cenar con Harry, ¿qué dices?

—Grandioso, te espero.

Él asintió y depositó un beso en su frente. Salió de la habitación y tomó la chimenea hacia Flourish y Blotts.

Kiara se quedó un momento sentada en la sala de estar, mirando en donde su hermano había estado segundos atrás. Se puso de pie y caminó hacia la habitación de Harry.

Cuando entró, lo vio muy animado jugando con unos pequeños cubos de madera dentro de su cuna. Remus ya se había encargado de bañarlo, vestirlo y darle de desayunar antes de irse al trabajo.

—Hola, cielo —saludó en cuanto el niño levantó su mirada hacia ella.

—Oli —balbuceó y después soltó una pequeña risita.

Ella besó levemente la tapa de su cabeza y se dirigió hacia el pequeño librero donde habían juguetes y libros de dibujos animados.

Kiara le había realizado un hechizo indetectable de invisibilidad al maletín y lo había escondido en la habitación de Harry, lugar que sabía que Remus no investigaría.

Tomó el maletín y luego levantó a Harry en brazos y lo llevó con ella de nuevo a la sala.

Juntos se sentaron en el sofá y Kiara abrió el portafolios sacando todo su contenido. Rebuscó entre los expedientes y encontró un trozo de pergamino, era el horario de Severus y en la parte de atrás tenía escrita una dirección y una anotación a lado.

"La Hilandera, Cokeworth, Inglaterra, Gran Bretaña. Contactame por la Red Flu"

Echó un puñado de polvos flu en la chimenea y luego de colocar su cabeza, exclamó su destino.

Little Lupin - 𝙎𝙞𝙧𝙞𝙪𝙨 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora