e l e v e n

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Diciembre 1982

Para la segunda Navidad de Harry, este ya iba de un lado del departamento para otro y ya formulaba oraciones más completas.

De cierta manera, esto había llevado más alegría al hogar de los hermanos Lupin.

—Oli —musitó Harry entrando a la habitación de Kiara.

Ella se encontraba sentada al borde de su cama mirando la foto de Sirius, como ya era costumbre.

Giró su torso para encontrarse con aquellos ojos verdes que no paraban de recordarle a Lily.

—Hola, mi cielo —lo saludó y estiró sus brazos para que se acercara a ella.

Cuando llegó a su lado, lo tomó y lo sentó en sus piernas.

—¿Cómo estás? Veo que tío Remus ya te vistió para la cena —depositó un beso en la tapa de su cabeza.

Él asintió levemente y se fijó en la foto de Sirius y Kiara en la boda de James y Lily. Harry era un niño muy curioso, pero nunca le había dado curiosidad aquella foto.

—¿Q-quién e-es? —preguntó barriendo un poco las palabras mientras señalaba a Sirius.

Kiara inhaló hondo, era la primera vez que le preguntaba sobre él y creía que era buen momento para presentárselo y darle una versión más amable de Sirius.

—Él es tu tío Sirius, o Canuto, como tu papá solía decirle.

—¿Dondé está? —estaba asombrado, no tenía idea de que tuviera más familia aparte de ella y Remus.

Unas cuantas semanas atrás, Harry comenzó a tener curiosidad de saber donde estaban sus padres, a lo que ambos hermanos Lupin no supieron cómo explicarle que su mamá se encontraba en un coma mágico y su papá estaba muerto, enterrado en una tumba en el valle de Godric. Simplemente le dijeron que Lily estaba en un sueño profundo y que su padre le hacía compañía a las estrellas.

—Él... él está de viaje, en un largo viaje, —tragó con fuerza el nudo en la garganta que se estaba formando— pero te prometo que dentro de poco lo vas a conocer-

Antes de que pudiera continuar, el sonido de Remus aclarando su garganta hizo que tanto Harry como Kiara voltearon hacia la entrada de la habitación.

Remus se encontraba recargado en el umbral de la puerta de la habitación de Kiara con el rostro serio. Las cicatrices a lo largo de su cara se acentuaban más de esa manera.

Kiara conocía esa expresión, sabía que se venía un reclamo.

—Harry, ¿ya ordenaste tus juguetes? —inquirió aún inexpresivo y su mirada viajaba de Kiara a Harry y luego a la fotografía que su hermana tenía en las manos.

El pequeño niño negó con su cabeza y caminó lo más rapido que sus pies diminutos le permitieron hacia su habitación, dejando a Kiara y Remus solos.

—¿Por qué le estabas hablando de él? —soltó con desprecio.

Remus ya no mencionaba el nombre de Sirius, se había vuelto un tabú el siquiera mencionar que existía. Kiara ya había entendido que su hermano jamás quería volver a saber de él.

Little Lupin - 𝙎𝙞𝙧𝙞𝙪𝙨 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora