Eran las tres y media de la tarde.
Sumire seguía en el agua boca arriba, como un cuerpo sin vida que habían lanzado para que se hundiera y terminó flotando a la deriva.
El tiempo pasaba, no tenía ganas de nada. Su novio se iba por varios años y ella era la última en enterarse. ¿Lo peor? Que ni si quiera se molestó en decírselo a la cara.
Respiró profundamente para calmar ese dolor que se estaba acumulando otra vez en su pecho. Poco le importaron las lágrimas que consiguieron salir y que descendían hasta mezclarse con el agua.
Pensaba que si algo ocurría, se lo contarían, pero no fue así.
Se miró las manos, su piel estaba más que arrugada. Dio brazadas lentas hasta las escaleras saliendo de allí para irse a secar y vestir. No tenía prisa, así que se tomó su buen tiempo en hacer las cosas. El día se había cerrado de agua, dándole pleno protagonismo a la lluvia; pero poco le importó el no tener paraguas. Se ajustó la capucha de la sudadera que traía en la cabeza comenzando a andar.
La gente pasaba por su lado, unos la ignoraban y otros se le quedaban mirando. Sumire se limitaba a mirar al suelo deseando llegar a casa.
Fue ahí cuando alguien la detuvo. Traía un paraguas sujetando el mango con la mano izquierda, postrándose delante. No le dio tiempo, pegó la cabeza de ella a su pecho con su mano derecha, dejando dicho brazo en su espalda pegándola a su cuerpo. Esa persona era alta, y con su diferencia de estatura apoyó su mentón en la coronilla de la chica.
No le hizo falta elevar la mirada para saber quién era, su chándal de jugador y sus tenis habituales lo delataban.
───Te he estado buscando, falté a la reunión con el equipo por ello. No quería que te enterarás así. Sé que un "Perdóname" es inútil y un "Lo siento" se queda escaso ───comenzó diciendo el pelirrojo. Su tono de voz era suave y bajo───, así que no espero que me perdones; pero no sabes lo difícil que me resultaba decírtelo.
Sumire se estaba aguantando el llorar, mas lágrimas rebeldes se estaban empezando a caer───. Y entonces cuándo me lo pensabas decir ───sus ojos violetas chocan con los rubís de él─── ¿Cuándo te tuvieras que marchar al día siguiente? Como "¡Ah, sorpresa Sumire! Me marcho a Francia mañana ¡Y es por un año entero!" ───la ironía se notaba por sí sola. Elevó los brazos hasta el pecho, hundiendo su cara en el pecho del chico después───. No quiero romper, Satori ───soltó. Limpia con las manos los ojos aguados.
El pelirrojo la abraza fuerte ───Yo no he dicho nada de romper. Eso lo has dado por hecho tú ───dejó un beso en su cabeza───. Sé que venirte conmigo es imposible, pero al menos me gustaría intentar la relación a distancia antes de cortar por lo sano ───se notaba relajado, aunque no podía negar el hecho de que le asustaba que ella lo abandonara y se tuviese que ir a Francia sabiendo que nada le esperaría al regresar.
───Por favor ───y estornudó. La lluvia le había ganado.
El chico esbozó una sonrisa ───Pero si te resfrías y mueres no podremos hacer nada ───recibiendo un ceño fruncido y unos mofletes inflados como las ardillas───. Espera, quítate la sudadera ───Kawano le miró raro, lo que él le repitió a la vez que se quitaba su chaqueta poco a poco sujetando el paraguas para que no se mojaran los dos ───Quítatela.
Ella entendió ahí el porqué. En cuanto se la quitó, el joven la arropó con la suya, notando ella la calidez al ponerla. Sé la abrochó hasta arriba abrazándose a sí misma; no se le veían las manos dado que las mangas le quedaban algo largas.
Y ambos continuaron el camino hasta llegar a la casa de la fémina, que se tuvo que meter en la ducha para entrar en calor.
Satori aprovechó que no estaba ella presente para colarse en la cocina y rebuscar en la alacena. Chocolate a la taza, ponía en el paquete, y se dispuso a hacerlo.
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SATORI | 𝗁𝖺𝗂𝗄𝗒𝗎𝗎 𝗇𝗈𝗍𝖾𝗌 ✔
Fanfic[ TERMINADA ] 𝙎𝘼𝙏𝙊𝙍𝙄 | Se sentía agradecido con su compañía, ¡y es que le debía el mundo! Al fin podía decir: "Me siento completo", y es que no mentía, así era como se sentía realmente cuando estaba con ella. El Guess Monster al fin había en...