CAPITULO 17

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Astrid:

Mi cabeza palpita mas que mi propio corazón. Perezosamente abro los ojos encontrándome en una habitación que no es la mía. Todos los sentidos se ponen alerta y más cuando siento el pecho duro en el que estoy apoyada. Mi brazo rodea un torso , que por cierto está muy bien definido, pero eso no es lo importante , si no la mano que me rodea a mi.

Lentamente levanto mi rostro encontrándome con la persona que menos imaginé que podría estar en esta posición: Eros Benally.

Me separo rápidamente y maldigo internamente por haberlo hecho de esa manera ya que lo despierto. Me levanto rápido de la cama mientras el se pasa ambas manos por la cara.

—¿No podías ser más cuidadosa?— pregunta tranquilo.

—Yo eh....lo siento Eros, lo siento mucho de verdad , no se lo que paso pero en serio lo siento.. yo.. no..— me interrumpe.

—Relájate Astrid, no voy a matarte por emborracharte y dormir en mi cama— se vuelve a acostar con ambas manos detrás de su cabeza.

—¿Pero como fue que llegué aquí?¿porque no me quede con Ali en la habitación?¿Pa-paso algo entre nosotros?— pregunto algo confundida y aterrada por la respuesta.

Eros se me queda mirando pero no es la cara si no el cuerpo, sigo su vista y me encuentro con el vestido subido hasta la cadera y una teta casi afuera.

—¡Mierda!— me acomodo la ropa y escucho una leve risa proveniente del hombre frente a mi—¡No te rías!— le lanzo una almohada que logra detener ,de pronto siento unas ganas terribles de vomitar y salgo corriendo buscando el baño.

Descargo todo, mi garganta arde del esfuerzo. Alguien sostiene mi pelo mientras sigo vomitando hasta que ya no queda nada.

—Vete, esto es asqueroso— lo empujo pero no se va.

—¿Por que mejor no te estas tranquila y terminas ya?— descargo la tasa y me enjuago la boca muchas veces mietras Eros solo está recostado en el umbral mirándome fijamente. Lavo mi cara y quito los restos de maquillaje.

Todas las imágenes de anoche vienen a mi cabeza , o bueno, casi todas , pero hay una en especial que me alegra recordar. Sus palabras vienen a mi mente."No, no me arrepentiré" esas palabras resuenan en mi cabeza y miro al hombre que no quita sus ojos de mi.

—¿Te arrepientes verdad?—ese fue el mejor jodido beso del mundo, ¿lo mejor? Que esta ves fue el quien me beso a mi.

—Para nada, te lo dije anoche, yo no me arrepiento de nada de lo que hago— sus palabras hacen que se me acelere el maldito corazón, ¿porque tiene que decirme esas cosas?— te manchaste el vestido— miro el lugar donde señala y maldigo ¿que mas puede salir mal?

Eros me da una camisa de él y me deja cambiarme. Me queda bastante larga aunque si me inclino se me puede ver el trasero perfectamente y hablando de trasero el mío me duele demasiado.

No es para menos después de la caída estupida que te diste anoche. Ahora por favor puedes buscar algo para el dolor de cabeza.

Mi conciencia es una estupida, pero tiene razón con lo de la pastilla y lo del golpe.

—Bueno.. mejor me voy, luego te devuelvo la camisa, nos vemos— me dirijo a la puerta y cuando la abro me encuentro con Maddisson a punto de tocar. Me examina detenidamente y yo alzo una ceja— ¿Se te perdió algo?

TU TURNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora