CAPITULO 9

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Eros:

Los murmullos y las caras de sorpresa no se hacen esperar . La cara de mi tío es todo un poema. Me felicitó por haber recapacitado y haber dejado en libertad a Astrid pero jamás se imaginó esto.

Lo que más intriga me causa es la cara pálida y de terror que tiene la castaña , sigo su mirada y logro entender su expresión . Artemis Russo la mira como si fuera el mayor estorbo de su vida y si pudiera sacar un arma ahora mismo estoy seguro que no dudaría ni dos segundos en volarle la cabeza , no se como ha aguantado tanto.

Necesito averiguar porque ese odio , porque la quiere ver muerta si se supone es su hermana , sangre de su sangre .

—Si quieres que tu farsa se mantenga ve a su lado y finge que la amas y la defenderás de cualquier cosa.— sigo el consejo de Marcos y camino hasta donde está ella rodando los ojos , esto a mi no me importa pero debo guardar las apariencias , la tomo de la cintura y el tacto quema .

Traga grueso , intenta controlar el temblor de sus manos y parecer segura de si misma mientras su hermano se va a acercando cada ves más a nosotros.

—Eros — saluda con un asentamiento de cabeza .

—Russo— se lo devuelvo . Su mujer se me queda mirando más de la cuenta , acción que me molesta demasiado pero a la que ya estoy acostumbrado.

—Así que ahora te follas al enemigo , no sabía que tenías esos fetiches .

— Lo que haga o deje de hacer con mi vida no es tu problema , tu hermana y yo nos casaremos y tendrá quien la defineda de todo y de todos , incluyéndote , así que ten mucho cuidado con lo que intentas— sus ojos destilan odio por doquier y a mi me da repulsión escuchar todo lo que sale de mi boca

Intenta acercarse a su hermana pero me planto en frente , tal ves la odie pero nadie va a ponerle un dedo encima además de mi . Su vago intento queda fallido cuando se percata de donde está y de que muchos lo están mirando . Toma a su esposa de la mano y se van a saludar al ministro de Canadá . La castaña detrás de mi suelta un suspiro y la miro serio.

— Debes aprender a no demostrarle miedo , ni a el ni a nadie, no quiero que piensen que mi futura esposa es una débil que no sirve para nada— sin más me voy dejándola con mi abuela , hermana y la chica rubia con quien la vi hace rato .

Según tengo entendido es de la mafia de New York que radica aquí en Italia por los múltiples negocios que tiene con los Russo y otros clanes .

Muchos jefes de otros clanes se acercan a mi queriendo hacer negociaciones y los escucho porque tal ves más adelante acepte alguno pero por ahora no tengo intenciones de hacerlo . En eso radica la noche , charlas , negocios , bebida , miradas efusivas de odio, otras de morbo de parte de las mujeres hacia mi y de mi hacía Astrid , velando que no se le ocurra escaparse. Mi tío ha estado serio y se que solo está esperando a que terminemos aquí para que le explique como es que terminaré casándome . Las fotos no se hacen esperar , los periodistas me piden que pose solo , con mi futura esposa ( a ella también le piden que pose sola) , mi hermana , mi abuela ,mis primos y tíos y toda la familia junta, nos atiborran a preguntas sobre el compromiso y no respondo ninguna .

Ya llegada la media noche regresamos a la casa , necesitaba salir ya de ese entorno y dejar de fingir que quiero o me gusta la mujer que viene sentada frente a mi .

TU TURNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora