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La gente miente, todo el tiempo.

Es fácil decir que el exterior no importa cuando luces bien, porque acepto que las relaciones interpersonales tienen que ver con más que solo el físico, pero es lo de afuera lo que motiva a una persona a querer conocerte por dentro.

También tratan de engañarse afirmando que no necesitas verte de determinada manera para ser atractivo, pero es falso.

Yo sé como funciona el mundo realmente, porque soy parte de los menos privilegiados físicamente.

—Nanon —dice la señora que cuida la biblioteca— ya es tarde, ve con cuidado, los buses se irán pronto.

Cierro mi libro, acomodando mi capucha y noto como Ohm me mira desde el rincón donde está leyendo.

Me incomoda, porque siempre me está mirando.

Odio que la gente haga eso, porque ya sé que soy horrible, así que quisiera que todos solo me ignoraran.

Ohm es exactamente a lo que me refiero con "verse de determinada manera".

Es muy guapo, y no me siento a gusto cerca de él.

Abrazo mi mochila y camino rápido a la salida.

Odio la universidad siempre, pero este es un día particularmente trágico, porque nos iremos de campamento el resto de la semana.

Lo que significa que tengo que convivir con mi facultad, más tiempo del habitual, y eso me pone tenso.

El baño siempre es una buena opción para esconderme, no solo en la universidad, sino también en casa.

Así que entro, para alargar mi camino a los buses, porque de verdad no quiero ir.

Si puse una escusa para no asistir a esta actividad, pero no es solo un campamento para entretenernos, es parte de una calificación que necesito.

Quiero decir, al menos debo ser listo, porque sería malo ser tonto y deforme a la vez.

Intento convencerme de que no estará tan mal, porque son solo tres días durmiendo en el bosque, llevo mi propia carpa y puedo esconderme ahí, todo el tiempo que sea necesario.

De todos modos, encuentro deprimente ir, porque no tengo amigos, y voy a sentirme incómodo cuando haya actividades en grupo.

Trabajar en equipo es la mayor de mis pesadillas.

La puerta del baño se abre, y veo a Ohm de nuevo ahí.

Parece que va a decirme algo, pero su boca se cierra y desvía la vista, antes de entrar a uno de los cubículos y cerrarlo.

Está dos semestres delante del mío y sé su nombre porque llevamos matemática avanzada en las tardes.

No sé si es porque estoy adelantado o porque él está repitiendo el curso.

En clases, parece que no puede quitarme los ojos de encima, y eso no cambia cuando nos cruzamos en otros lugares.

Lavo mis manos, sacándolas de las largas mangas que uso para cubrirlas, y salgo del lugar, dando una vuelta por el patio trasero.

Suspiro al llegar y pararme frente al bus que le corresponde a mi semestre, cubriéndome más la cara.

El sol está cayendo fuerte y todos llevan ropa bastante ligera, excepto yo.

No quiero mostrar mi piel, está claro.

—¡Qué asco! —escucho que exclaman dos chicas a mi lado y empiezan a reír.

Sé que se ríen de mí.

No necesito voltear para saberlo, pero quiero asegurarme y cuando las miro, noto que están mirándome también.

Fuego | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora