SUS colmillos sobresalían del cuerpo del hombre. Esta bestia extraña aterrizó sin hacer ruido. Abriendo furiosamente sus mandíbulas, el cuerpo del hombre cae al suelo. Otro hombre corre por su vida, tratando de escapar. Esmagándolo mientras este rueda por el suelo, sus garras se clavan en sus homóplatos y lo arrastra más lejos. Al detenerse en el patio y abrir su enorme boca roja, las mandíbulas se clavan en el hombro derecho del hombre.
—¡¡AAAAAH!! —El hombre grita y queda inerte. Como un pedazo de carne, la sangre emana de su estómago, formando un charco rojo a sus pies.
Si quieres devorar a un humano fácilmente, cómelo tan pronto como puedas. La carne de la parte inferior de la espalda del hombre se arranca con facilidad. Sus músculos se separaron como fibras de hilo. Aun vivo, el hombre gritó mientras
enterraba la cabeza y la cara en la arena bajo él.Para desanimar a los desertores, la bestia arrastró a propósito el cuerpo al patio para que lo vieran el resto de prisioneros.
—Si intentán huir, este será su destino.
—Wow... Egh...
—¡Todavía estoy vivo! ¡Estoy vivo! ¡Lo siento!
Los presos que cargaban un pico en los hombros miraron la escena en la distancia, ocultando sus ojos rodando.
Cuando la bestia que estaba arrancando carne como si lo disfrutara alcanzó las entrañas, el sonido de la sangre esparciéndose alrededor, los gritos del hombre finalmente cesaron.
—Bueno, esa es la menor de nuestras preocupaciones. Hay demasiada curiosidad en este multitud. Recuerden que necesitamos prepararnos pronto.
La voz baja tras la multitud hizo que los trabajadores se encogieran a la vez.
Un hombre delgado con una montura brillante de plata camina lentamente desde el edificio. Es el alcaide del Instituto de Investigación Astronómica, Zansuru. Es el oficial el jefe aquí, el rey de la base.
—Estar aquí como una bandada de patos sentados... Si no se mueven rápido, serán el postre de la bestia.
Aunque los trabajadores sabían que era una broma, no pudieron evitar ponerse pálidos.
El ligero tono de Zansuru era casi horripilante.
Mientras todos se dispersaban camino a sus respectivas localizaciones, Omar observó de cerca a la bestia.
La bestia con aspecto de lagarto sacudió su enorme cola, balanceando su torso y cabeza sobre su estómago carnoso. Su cara está cubierta de una dura piel que destella con manchas rojas y amarillas. El gigante carnívoro de la prisión obedece ciegamente al Alcaide Zansuru.
Un enorme lagarto bípedo, espesa piel escamosa cubierta de púas, colmillos cónicos y garras afiladas. Cuando está de pie o camino, su altura sobrepasa los 80 centímetros, pero midiendo desde la parte superior de su cabeza hasta la punta de su cola, se añaden unos dos metros más a su estatura. La fuerza en sus piernas es increíble: las dos piernas que le nacen en la mitad inferior de su cuerpo son como ridículos resortes, pero un paso hará que la bestia recorra decenas de metros.
Esto es diferente de una prisión. Las patrullas no vigilan a los prisioneros, nunca observando en ningún momento. No hay cerraduras en las celdas de los presos ni en las entradas de ningún edificio. Sin embargo, los presos que permanecen aquí obedecen las reglas obedientemente.
La bestia lagarto es la razón para ello.
Aquellos que crean que podrían o quisieran escapar de aquí raramente se veían de nuevo. La bestia tiene el hábito de monitorear el interior del lugar con tal intensidad y devorando a todo prisionero que ose violar las reglas, sin mostrar piedad.
ESTÁS LEYENDO
Omar Retsuden
ПриключенияOmar visita el Instituto de Astronomía, muy lejano de la Tierra del Fuego. Para encontrar pistas del Sabio de los Seis Caminos, Omar se une a Sakura en este viaje y empieza una investigación secreta. Sin embargo, un plan de vida o muerte ya está en...