diez

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Un cosquilleo creció en la espalda baja de Johnny, recorriendo toda su columna. Lo dejó crecer y crecer hasta que no pudo aguantarlo más. La mente de Johnny quedó en blanco por una fracción de segundo, perdió la percepción del tiempo.

El alto hombre cayó sobre su espalda tan pronto como la sensación despareció. Pasó una mano por su cabello y limpió el sudor de su frente. Acostado sobre su espalda, aprovechó para acompasar su respiración.

— A pasado mucho tiempo desde que tuve diversión —él murmuró con voz media.

— Yo también —Byeol asintió.

Ambos quedaron en silencio después. No había mucho que decir cuando les faltaba la respiración. Johnny sentía extremadamente cansado después del encuentro. Tenía muchas ganas de dormir.

— Me tengo que ir —dijo.

Johnny se dio cuenta de que se había queda por mucho tiempo. Ya era algo tarde.

Miró a Byeol, ambos mantuvieron el contacto visual.

— Entonces vete —ella sonrió —Donghyuck debe estar esperándote.

Johnny se inclinó para besarla como agradecimiento por comprender. Pero se dio cuenta de que la acción no era necesaria. No eran nada como para que Johnny le avisara que tuviera que irse. Todo lo que habían hecho era follar ayer y hoy por la mañana. Aun así, él fue amable con ella e incluso se despidió.

Conduciendo hacia casa, Johnny decidió parar en una tienda para comprarle algo dulce a Donghyuck. Terminó comprando chocolate sabiendo que al chico le encantaba. Después de eso, se dirigió a casa.

Intentó parecer indiferente cuando entró. Pero ni siquiera había terminado de quitarse la chaqueta cuando Donghyuck apareció.

— No sabía que tenías clases en las noches —dijo, cruzando los brazos — ¿Dónde estabas realmente?

— No me interrogues —Johnny rodó los ojos —Soy mayor que tú.

— Eso no significa que puedas huir de tus responsabilidades.

La responsabilidad de la que Donghyuck hablaba era ver una estúpida película animada. Como Johnny no era gran fan de las cosas animadas, lo evitaba a toda costa. Al escuchar lo que Donghyuck había planeado el viernes, Johnny hizo su mejor esfuerzo por no regresar a casa. Para su fortuna, Byeol lo invitó a su casa, lo cual resultó con ellos teniendo un par de encuentros sexuales.

Incluso si Johnny pensaba que el plan de Donghyuck era estúpido, sabía que había hecho mal, por eso había comprado el chocolate, para volver a ganarse la confianza de Donghyuck.

Johnny rio entre dientes mientras pasaba de largo a Donghyuck —Ven a la cocina.

Por supuesto, el ceño fruncido de Donghyuck desapareció mientras seguía a Johnny. Cuando vio al mayor rebuscando en sus bolsillos, los ojos del más joven brillaron.

— ¿Qué es? ¿Qué es?

Era como un niño.

— ¡Tada!

Johnny mostró la caja de chocolates que le fue arrebatada de las manos en un segundo.

— ¡Gracias! —Donghyuck ronroneó, sorprendiendo a Johnny.

Él abrazó la caja de chocolates contra su pecho, pero entonces decidió que en su lugar debería abrazar a Johnny. Dejando la caja en la barra, Donghyuck se estrelló contra el mayor.

El abrazo repentino hizo saltar el corazón de Johnny. Pero ni siquiera pudo disfrutarlo. Justo cuando intentó poner sus manos el rededor de Donghyuck, el chico se alejó para mirar al mayor con incredulidad.

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𝖳𝗁𝖾 𝖥𝗈𝗎𝗋 𝖶𝖺𝗅𝗅𝗌 𝖮𝖿 𝖮𝗎𝗋 𝖱𝗈𝗈𝗆 || JohnhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora