𝔥𝔶𝔭𝔫𝔬𝔱𝔦𝔷𝔢𝔡| 𝘓𝘶𝘯𝘢 𝘓𝘰𝘷𝘦𝘨𝘰𝘰𝘥

II. VII

Slug Attack

Durante los días siguientes, Ari y Harry pasaron bastante tiempo esquivando a Gilderoy Lockhart cada vez que lo veían acercarse por un corredor. Pero más difícil aún era evitar a Colin Creevey, que parecía saberse de memoria el horario de los mellizos. Nada le hacía tan feliz como preguntar «¿Va todo bien, Ari y Harry?» seis o siete veces al día, y oír «Hola, Colin» en respuesta, a pesar de que la voz de Harry en tales ocasiones sonaba irritada.

Hedwig y Hermes seguían enfadados con los mellizos a causa del desastroso viaje en coche, y la varita de Ron, que todavía no funcionaba correctamente, se superó a sí misma el viernes por la mañana al escaparse de la mano de Ron en la clase de Encantamientos y dispararse contra el profesor Flitwick, que era viejo y bajito, y golpearle directamente entre los ojos, produciéndole un gran divieso verde y doloroso en el lugar del impacto.

Así que, entre unas cosas y otras, los mellizos se alegraron muchísimo cuando llegó el fin de semana, porque Ron, Ari, Hermione y Harry habían planeado hacer una visita a Hagrid el sábado por la mañana. Pero una compañera del equipo de quidditch de Ravenclaw, Cho Chang, entro en la habitación de Ari, encontrándola sentada leyendo un libro de historia de la magia.

-¿Qué pasa? -preguntó Ari, aturdida por la repentina entrada de su compañera de equipo.

-¡Entrenamiento de quidditch! -respondió Chang-. ¡Vamos! -Volvió a animarla saltando a la cama de Ari.

Ari miró por la ventana, entornando los ojos. Una neblina flotaba en el cielo de color rojizo y dorado. Se sorprendió al darse cuenta que ya había amanecido y no había podido dormir nuevamente.

-Cho -observó Ari con voz ronca-, si todavía está amaneciendo...

-Exacto -respondió Chang. Era una niña bonita, alta para su edad con un cabello largo y oscuro, delgada, de 3er ano y, en aquel momento, tenía los ojos brillantes de entusiasmo -. Forma parte de nuestro nuevo programa de entrenamiento. Venga, coge tu escoba y andando -dijo Chang con decisión, rebuscando en el baúl de Ari para luego dejarle en la cama su uniforme de quidditch-. Ningún equipo ha empezado a entrenar todavía. Este año vamos a ser los primeros en empezar...

Bostezando y un poco temblorosa, Ari saltó de la cama, tomando su uniforme para luego adentrarse al baño a cambiarse. -¡Así me gusta! -dijo Chang-. Nos veremos en el campo dentro de quince minutos.

Encima de la túnica roja del equipo de Ravenclaw se puso la capa para no pasar frío, garabateó a Harry una nota en la que le explicaba adónde había ido, dándosela después a Hermes para que la lleve hasta la habitación de su mellizo y bajó a la sala común por la escalera de caracol, con la Nimbus 2.000 sobre el hombro.

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Al llegar a la puerta por la que se salía al campo de quidditch, oyó tras ella unos pasos y vio que Colin Creevey venia por el pasillo corriendo, con la cámara colgada del cuello, que se balanceaba como loca, y llevaba algo en la mano.

-¡Oí que alguien pronunciaba tu nombre en las escaleras, Ari! ¡Mira lo que tengo aquí! La he revelado y te la quería enseñar...

Desconcertada, Ari miró la fotografía que Colin sostenía delante de su nariz. Un Lockhart móvil en blanco y negro tiraba de un brazo que Ari reconoció como suyo. Le complació ver que en la fotografía ella aparecía ofreciendo resistencia y rehusando entrar en la foto. Al mirarlo Ari, Lockhart soltó el brazo, jadeando, y se desplomó contra el margen blanco de la fotografía con gesto teatral. -¿Me la firmas? -le pidió Colin con fervor.