¿Recuerdan que les dije que Mía una vez etiquetó a Kevin de caballero? Pues debo confesar que tenía razón.
En fin, eso no importa.
El lugar es lindo, también debo confesarlo, la bebida no está tan cara, el lugar está iluminado... en realidad, es medio aburrido, pero bueno, nada puede ser perfecto.
Nos sentamos los tres en una mesa, ellos hablan, yo estoy con el celular hablando con Sam. Me siento incómoda. Es así al menos por una hora.
—Ya vuelvo —dice Kevin y se va a hablar con los que, supongo, deben ser sus amigos.
Mía no dice nada, sólo rueda los ojos y agarra su teléfono. Hablamos por un rato, pero necesito ir al baño así que la dejo tras preguntarle si estaba bien.
Siendo honesta, estoy aburrida. Me hubiese quedado en casa.
Abro la puerta, dispuesta a irme, pero... Mía está sola, no quiero dejarla así. Tomo una bocanada de aire y me voy a sentar a su lado, preparada para otra aburrida charla.
Algunas luces se apagan, dejando el local iluminada de manera tenue, cambian de música, ponen una lenta, se prenden unas pocas luces de neón, algunas personas se ponen de pie y comienzan a bailar.
Ahora que lo pienso, esto es perfecto. El universo debe de haber planeado esto.
¿Se acuerdan de mi lista de no puedo creer? Pues ahora le agrego que...
No puedo creer que finalmente estemos solas en la fiesta.
No puedo creer que casi me fui a casa.
Es decir, ¿Cuáles son las posibilidades de que esto pase, de que yo esté en una fiesta a solas con ella y que el chico que le gusta se comporte como un idiota?
Todos están bailando... Y Kevin no está con ella...
No puedo creer que en serio haré esto.
Me levanto de la silla y le tiendo una mano.
—¿Quieres bailar?
Mía me mira con una ceja alzada, sorprendida, divertida, confusa... no lo sé. Justo estoy por decir broma y sentarme cuando siento el calor de su mano contra la mía.
—Claro —y me sonríe.
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Yo Podría Ser Un Mejor Novio Que Él
HumorEstoy enamorada de mi mejor amiga, desde antes de ser su mejor amiga. Sé que no debí acercarme a ella cuándo sabía que solo podía ofrecerme una amistad, que yo quería más. Quizá si la tonta y lesbiana -siempre lesbiana- de mí hubiese pensado en eso...
