23 | Sentirse especial

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     • Thoma pov's •

VI. Dulce estrella.

     — ¿T-Thoma? — preguntó Mona, estupefacta.

     — Hola — saludé, sin muchos ánimos.

     — Oh, al fin llegas — habló Sacarosa, mientras llevaba una caja en sus manos.

     — E-Espera, ¿Qué hace Thoma aquí? ¿No se supone que iba a-

     — ¿Llevar a Lumine a una cita para sacarla de casa y que así pudieran preparar todo para su fiesta sorpresa? Sí, eso iba a hacer — ella entró a la casa de la rubia —. Solo... Digamos que cambiamos un poco el plan.

     Tras cerrar la puerta, metí mi mano al pantalón por un segundo y apreté con algo de enojo la nota que Lumine me había dejado, solo para luego soltarla y volver a calmar mis impulsos.

     Cuando llegué aquí a las diez en punto de la mañana, ni un segundo más ni un segundo menos, fue su hermano quien me recibió. Aparte de llevarme la sorpresa de mi vida y después de que él me explicara un poco por encima las razones de su retorno, Paimon me entregó el papelito y me pidió perdón repetidas veces.

     Al principio no entendía porqué se disculpaba tanto. ¿Quizás se había olvidado de despertar a Lumine y ella no estaba lista para salir? Si ese hubiera sido el caso, felizmente me hubiera ofrecido para despertarla como se despierta a las princesas en los cuentos de hadas; en Liyue la desperté así, y pareció no molestarle en lo absoluto.

     No estaba entendiendo en lo absoluto el nerviosismo de la pequeña albina, ni tampoco el porqué Aether tenía tantas curiosidad por saber si yo era "el tal Thoma", hasta que abrí la nota y entendí la situación.

     No habían detalles, solo una petición de disculpas y una propuesta para el futuro que no pienso pasar por alto. Tampoco es como que hubiera que darle demasiadas vueltas al asunto para entender qué había pasado, pues cuando nos reunimos para planificar su fiesta, Childe dejó bastante en claro en que él quería ser el "príncipe" de la rubia, y aunque no lo dijera directamente, entendí que aquello era una declaración de intenciones: tenemos el mismo objetivo, y esto es una guerra.

     Me costó asimilar un poco todo lo que acababa de ocurrir. De cierto modo, me aliviaba saber que me había quitado una enorme carga de encima, pero al mismo tiempo me molesta haber perdido la oportunidad de ver su hermosa sonrisa una vez más. Peor se ponía mi humor cuando pensaba en que quizás ella se estaba riendo con Childe, y que hasta quizás, no regresarían para la fiesta.

     Logré disimular mi mal humor mientras conocía al señor Zhongli, un hombre bastante culto y sabio, el cual consiguió calmarme con unas simples palabras: "Me alegra saber que mi sobrina tiene a alguien tan gentil a su lado. Thoma, que sepas que te tengo en muy buena estima". Esas palabras fueron honestas, puras, y al mismo tiempo, puedo saber con facilidad que nunca se lo ha dicho a otro chico; no se notaba ninguna mentira en sus expresiones, ni tampoco un malestar al tener que repetir lo mismo una vez más.

     — ¿De verdad a Lumine le gustan estas cosas? — preguntó Aether, quien estaba ayudando a Sacarosa a colgar algunos adornos en el patio de la casa —. Pero si ella odiaba las estrellas...

     — ¿En serio? — Mona se paralizó un momento —. Más de una vez la he visto dibujando estrellas de cuatro puntas en la parte de atrás de su cuaderno... Oh, Thoma, ¿De verdad no le gustan?

     — Uh... Más bien, diría no le desagradan — respondí yo, abriendo la caja que mandó mi madre para el cumpleaños —. Dulces, serpentinas... ¿Un vino? Ay papá, sabes que ella no bebe... De cualquier forma, los adornos son lo de menos. Ya saben que lo importante es que ustedes estén aquí.

Counting Stars [Lumine x Childe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora