Counting Stars [Lumine x Childe]

49 | Mirada al alma

Quiero ver vuestras reacciones al inicio de este nuevo arco, sooo, si podéis comentar en este capítulo os lo agradecería bastante <3

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     • Childe pov's •

XIII. La estrella dorada.

     A pesar de que el primer día me había parecido interesante, pronto empecé a arrepentirme de haber aceptado la propuesta de colaborar con la policía en el caso abismo.

     Si bien es cierto que no es un trabajo muy exigente, la presión psicológica que me produce el tener que estar atento a cada mísero detalle de mi entorno y el tener que fingir constantemente ser algo que no soy, me agota; así como también me agota tener que escuchar a Signora hablar como si fuese una mujer superdotada, dando conclusiones obvias pero que al resto del equipo le parecen sorprendentes. Es desesperante que me traten como un novato cualquiera, cuando yo también he tenido que leer cientos y cientos de informes para entrar al grupo y ya tengo experiencia como investigador y como espía (por mi trabajo de fatui).

     Solo una semana después de haber iniciado la investigación, entendí que no era el único desesperado por la situación.

     Una noche, cuando volví al departamento después de haber participado como cebo en una emboscada que le tendimos a algunos de los integrantes de abismo, Madre me encaró y se enfadó conmigo por haber decidido participar en algo tan peligroso a sus espaldas; esa noche, mientras curaba la herida en mi cara y vendaba el brazo con el que me ví obligado a defenderme, ella mostró su lado más frágil y lloró por un largo rato cuando declaró el miedo que le provocaba el pensar que esas heridas eran el inicio de algo más grande y que quizás mis osadía me llevaría a la tumba.

     Lumine debe de tener sus sospechas de porqué cada semana aparezco con un parche nuevo o con heridas en los nudillos, y aunque he querido contarle la verdad, nunca encuentro las palabras para hacerlo y siempre acabo diciéndole que todo es producto de las reuniones con los colaboradores de los fatui.

     Toda me estresa últimamente. Los exámenes de la preparatoria no ayudan en lo más mínimo, y el tener que pasar menos tiempo con Lumine (y que por consecuente ella tenga que pasar más tiempo en su casa con el imbécil de su hermano molestándole, o bien trabajado con Thoma) me agobia de sobremanera. De un momento a otro podría descargar toda mi ira con el primer imbécil que se me cruce por delante, pero sé que en mi posición actual no me conviene romper las reglas ni mucho menos meterme en líos externos al caso abismo.

     Para apaciguar ese deseo de destruir todo, Capitano prometió que de darse la oportunidad yo sería quien acabase con el líder de Abismo, pero hasta entonces, el club de arquería tendrá que pagar los platos rotos.

     Apenas encontré un buen punto de apoyo, cargué la bala (flecha) y apunté directamente al corazón del objetivo que había a setenta metros de mi posición (el centro de la diana), empezando a hacer un esquema/plan mental de lo que pasaría en un futuro en la que a mí me gusta llamar "La última noche del abismo".

     Finalmente, solté el proyectil y este voló hasta encontrar a su víctima, perforando y el blanco de madera como si del proyectil de una pistola se tratase.

     — Bien... — musité, bajando el arco mientras intentaba ignorar el dolor de la mano izquierda; me la había desgarrado —. ¡Mierda...!

     — ¡Childe, ese fue un tiro increíble! — clamó el profesor Itto, dándome un manotazo en la espalda con toda la confianza del mundo —. ¡Bien hecho! ¡Con ese nivel vas a conquistar el torneo nacional!