13 de agosto del año 2000.
Luego de quedarse despierto toda la noche pensando en lo que sus padres le habían dicho, totalmente cansado y con el deber de ir al colegio no le quedó de otra que asistir al colegio. A pesar de estar agotado estaba contento pues hablaría con Pedro, quien tenía ya un hermano menor, Felipe.
-Puedo aprender algunos consejos para ser un buen hermano mayor y como son las experiencias compartidas entre hermanos.- Se decía el chiquitín.
Luego de despedirse de su madre fue corriendo a ver si Pedro había llegado. No tuvo que esperarlo pues él ya había llegado, estaba sentado en uno de los bancos en donde estaba aquel árbol de manzanas. Después de saludar a Pedro y contarle que tendría una hermana, le pidió que le aconsejara, que podría hacer en su caso.
-Tener hermanos es lo peor José- decía Pedro- Los primeros días quieren que ayudes a cambiar pañales, a veces quieres un momento con uno de tus padres pero siempre tiene que pasarle algo al bebé, y no pueden dejarlo solo. Pensé que sería una gran idea tener un hermano, retiro lo dicho.-
-Pero, mamá y papá me dijeron que me querrán siempre, y que ese amor lo tendrán que compartir con la bebé. ¿Estás seguro que tener un hermano es tan malo?-dijo José preocupado por lo que dijo su amigo.-
-Te estoy diciendo la verdad. Prefiero ser hijo único a tener a Felipe en mi vida- dijo Pedro.
-¿Y qué puedo hacer? No quiero que me traten así- dijo José.
-Causa un revuelo, así tus padres verán que sólo necesitan un hijo y no dos.-dijo su amigo, con la voluntad de ayudar a su amigo.-
Antes de que José siguiera hablando con Pedro sonó la campana, ya era hora de entrar a los cursos para trabajar. Pero después de haber escuchado las palabras de Pedro, José no era el mismo chico confiado y tenaz. Estaba desorientado, no sabía que hacer.
Estaba deprimido, con la cabeza recostada en la butaca no quería escribir nada, ni siquiera quería prestarle atención a la profesora y en el recreo se la pasó sentado con un estilo algo pensativo y tranquilo.
-¿Qué le pasa a José?- dijo Mateo, uno de los compañeros de clase de José- me preocupa, él no es así.
-Tendrá una hermana y desde que le conté lo malo que es tener un hermano menor se ha puesto así.- Dijo Pedro.
-Pero, ¿por qué le dijiste eso? Así no actúan los amigos; debiste de alentarlo y darle algunos consejos para que se pueda llevar bien con la bebé- dijo Sofía, una de las amigas de José, que estaba preocupada por el comportamiento de su amigo también.
Después de haber escuchado las palabras de Sofía, Pedro se sintió un poco culpable por haberle dicho esas ridiculeces a José. Pero no iba a disculparse, le daría mucha vergüenza y tal vez su amigo se sentiría tan mal de escuchar que lo que le dijo Pedro fueron puros disparates -no creo que vaya a disculparme, además, algunas cosas que le dije son ciertas; ¿no me sirve de nada disculparme si le hablé la verdad?- decía Pedro.
-Ojalá que estés en lo correcto- decía Sofía algo dudosa por lo que había dicho Pedro. Pero era mejor no interponerse, que arreglaran sus problemas ellos solos, ellos sabrán que hacer, pensaba ella.
Al escuchar la campana todos entraron a sus cursos, pues ya el recreo había acabado.
Pedro se sentía culpable todavía -eso se le olvidará, no creo que José vaya a tomar eso que le dije en serio- decía Pedro.
Pasaron las horas de clase y el pequeñín de ocho años seguía deprimido.
-¿Qué voy a hacer?- decía José con preocupación- pensé que sería bueno tener una hermana pero eso que me dijo Pedro me ha hecho cambiar de opinión.-
Cuando papá llegó vio que su hijo estaba deprimido y que no quería hablarle nada, como le fue en el colegio, que aprendió... Nada quiso comentarle.
-¿Qué te pasa, hijo? Te noto triste.- dijo Enrique.
El niño estaba molesto pero al mismo triste, sus padres no le habían dicho lo malo que sería tener otro bebé en la casa. Pensó que le habían mentido.
-¡Nada!- dijo José con un gran grito.
-José Alberto Romero Medina, esa no es forma de contestarle a tu padre- dijo el papá de José, un poco molesto.
El niño rompió en llanto -por favor, perdóname papá. Es que no quiero una hermana, ya escuché que tan sólo estarán con ella y me echarán a un lado como una simple basura.-
El papá se sintió totalmente decaído al ver a su hijo llorando, secando las lágrimas de la cara del nene le dijo:
-No llores, sé que se te hace difícil comprender lo que es ser un buen hermano mayor; mírame a mí, no se me hizo muy fácil aceptar a tu tío David cuando nació. Desde que lo vi simplemente quería alejarme de él lo más lejos posible, pues escuchaba lo que me decían las demás personas sobre los hermanos menores y lo que me hizo fue una gran tela de arañas a mi cerebro, llenándolo de disparates. No todos comprenden lo valioso que es tener un hermano o una hermana, ya sea mayor y menor. Aún así tenemos que aceptarlos para vivir en armonía. Confío en que te llevarás bien con tu hermana, ámala y no desperdicies ni un solo minuto de tu tiempo causándole alguna molestia. ¿Está bien?-
Al escuchar las palabras de su padre consolador se sintió aliviado.
-Gracias papá.-dijo José- Cuidaré bien de ella, con una condición. Debes de ayudarme a ser un buen hermano mayor, no quiero empezar con el pie izquierdo.-
-Está bien-dijo papá.
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Hermano, ángel guardián terrenal
De TodoDesde que nacemos Dios nos regala un ser súper especial que nos acompañará siempre, en cada paso que tengamos que dar, llamado ángel guardián. No todo el mundo tiene la suerte de tener dos ángeles guardianes como los tuvo Valentina, uno es un ser ce...