Suele ser el enemigo más complicado de vencer, conoce cada una de tus debilidades y predice cada uno de tus movimientos. Esta batalla interna cesa por momentos pero jamás se va, solo aprendes a vivir con ella.
Es una voz con la vara más alta y la disciplina más exhaustiva, sin dar treguas o dejar margen de error, solo en busca de la perfección (inalcanzable claro está).
Entre sus características se encuentra la apatía, insensibilidad, desconsideración y podría seguir por el resto de la noche describiendola con adjetivos carentes de gracia y virtud.
Es ese Profesor que adopta una actitud negligente.
Es esa amiga que mira con desdén tu forma de vestir.
Es esa pareja que calla pero espera ser comprendida.
Es ese padre que nos exige la responsabilidad del orgullo.Es todo eso con lo que nos sentimos obligados o presionados; son esas voces que callamos y se convierten en huespedes permanentes alojandose en nuestra cabeza sin viaje de retorno.
Y es la batalla más difícil de luchar, es la persona más complicada para complacer.
Soy yo. Soy el miedo a avanzar. Soy el miedo a soltar. Soy el miedo a disfrutar. Soy el miedo a amar. El miedo a cantar. El miedo a actuar. A tomar decisiones.
Pero soy la persona que se aferra, que decide disfrutar, reír, llorar, amar, vivir.
Soy quien decide luchar en una batalla de la que soy consciente es probable que no termine. Pero aún así soy yo, y yo decido levantarme cada vez que mi voz me derribe, decido creer en mi aunque me mienta, decido callar las voces y comenzar a escucharme a mi.Soy yo.
ESTÁS LEYENDO
A veces, siempre
De TodoA veces, siempre hago cosas que disgustan, comparto sin receptor, doy y no recibo, me esmero demasiado (aunque tal vez nunca suficiente) y recibo cosas que no pido, ni merezco. Al final ¿Soy yo o los demás? ¿La carencia o el exceso? ¿El desinteres o...