Capítulo 1: Plan de cuidado y afecto

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Conner apenas cerro la puerta de su cuarto, se tiró sobre su cama a llorar. Él sabía que no le agradaba a Superman, pero... ¿llegar a desear que él nunca hubiera existido? Se lo hubiera esperado de Lex Luthor, pero no del que se supone, es su mentor.

Wolf se subió a la cama, y comenzó a lamerle la cara a su dueño intentando consolarlo. El niño apreció esto, y sentándose, abrazo a su mascota, ocultando su cara en su pelaje.

En la sala de Monte Justicia, los cinco chicos salieron de su estupor unos minutos después, y casi se tiraron sobre Superman. Al menos dos lo intentaron.

Kaldur, como capitán de su equipo, tuvo que reprimir la ira que estaba sintiendo y se concentro solo en aferrar los cuellos de las remeras de Dick y Wally para evitar que golpearan a Superman. Megan, por otra parte, tuvo que sujetar las muñecas de Artemisa antes de que alcanzara su arco y una flecha para disparar al héroe.

Los mentores observaron a sus protegidos por unos segundos, antes de reaccionar y decirle a Superman que era mejor que se fuera. Les costó un poco, pero al final, Martian Manhunter se lo llevó a rastras junto a Black Canary.

- ¿Y ahora, Batman? -Green Arrow pregunto.

Todos habían visto los ojos vacíos de Conner al decir que Superman no era el único que deseaba que no hubiera nacido.

-Vamos a darle algo de espacio a Superboy. Si para las ocho de la noche no ha salido de su cuarto, iré a verlo. -Proclamo el héroe de Ciudad Gótica.

-Espero que este bien... -Megan murmuro, y los demás protegidos asintieron.

Todos esperaron inquietos en Monte Justicia que alguno lograra ver a Superboy salir de su cuarto, pero llegó la noche y nunca apareció.

Sin decir ni una palabra, Batman se acercó al cuarto de Conner y toco la puerta. Al no recibir respuesta, volvió a tocar.

-Conner, ¿puedo pasar? -Pregunto lo más suave que pudo.

Siguió sin recibir respuesta, así que, solo abrió la puerta. Wolf estaba recostando en la cama con su dueño apoyando la cabeza contra su estómago, completamente dormido.

Batman se acercó sigilosamente, y vio las marcas de llanto en la cara del niño. Paso su mano por su cabello, y vio como sus ojos parpadeaban antes de abrirse.

Conner había estado llorando tanto, hasta que pensó que se había quedado sin lágrimas, entonces se quedo dormido. Despertó al sentir una presencia con su TTK. Abrió los ojos, y vislumbro tenuemente a Batman.

-Batman...-Murmuro, sentándose. - ¿Qué haces aquí? –

-Quería ver como estabas. -Le respondió el héroe.

Conner no planeaba decirlo en voz alta, pero estaba asustado, y no quería seguir estando solo, y Batman, a sus ojos, era una figura que irradiaba seguridad y protección. Nunca había sido especialmente malo con él, incluso lo había ayudado un par de veces.

-Batman... creo que me rompí. -Murmuro, y más lágrimas que no esperaba salieron de sus ojos.

-Oh, Conner... -Batman uso una de sus manos para secar las lágrimas del niño.

Se sentó a su lado, y paso su mano por su cintura atrayéndolo más cerca.

-Tengo miedo... y me siento solo... -Conner admitió, llevando sus piernas contra su pecho. - ¿Por qué nadie puede quererme? –

El solo escuchar la voz triste del niño provoco que Batman tuviera unas enormes ganas de ir a buscar a Superman y golpearlo con kryptonita. En cambio, levando al chico y lo puso en su regazo.

-No, no. Conner, no tienes que tener miedo. No estás solo... Shh... Estoy aquí, y no voy a dejar que nada te pase... -Batman arrullo al niño, mientras lo abrazaba con fuerza contra su pecho. -Todo va a estar bien... Shh... ya no llores... yo me voy a encargar de que todo esté bien... -

El protector de Ciudad Gótica estuvo media hora arrullando a Conner, hasta que, finalmente consiguió volverlo a dormir. Lo recostó debajo de las mantas de su cama, y dejo a su mascota a cargo de él; sin embargo, antes de irse, se quedo mirándolo por un momento.

A los ojos de Batman, ese ya no era Superboy, un clon creado por una organización criminal. No. Ahora era solo Conner, un niño de dieciséis años con el corazón roto, problemas de afecto y confianza, huérfano.

Los demás mentores se habían quedado en la sala mirando una película con sus protegidos cuando Batman hizo su aparición. Tratando de no ser notados, dejaron a los chicos en el sofá, y se acercaron a su compañero.

- ¿Qué tan malo es? -Black Canary preguntó.

Ella era uno de los mentores que más tiempo pasaba con Conner, junto a Batman.

-Está roto. -El superhéroe le contesto. -Esta asustado, se siente solo, y se ve... frágil... como un cristal a punto de hacerse añicos. –

-Oh, diablos. Superman y su terquedad. -Green Arrow maldijo.

- ¿Qué hacemos? -Aquaman miro a los demás.

-Pasar más tiempo con él. Algunos de ustedes apenas si lo saludan, es hora de que todos nos involucremos. Conner no es solo el protegido de Superman, también es el de todos nosotros. -Batman declaro. -A partir de ahora, uno de nosotros debe quedarse, obligatoriamente, en Monte Justicia todo el tiempo... Y hay que ser mas afectuosos con él. Tratemos de conocerlo mejor, y de que sepa que estamos para él. Que puede confiar en que lo podemos cuidar y proteger como al resto de nuestros protegidos. –

-Okey. Suena bien. Yo me apunto. -Flash asintió.

-Cuenta conmigo, Batman. -Aquaman lo siguió, y luego el resto de los mentores.

-Hay que poner especial atención a donde va. Nuestros protegidos ya nos informaron que se ha vuelto muy depresivo, lo único que nos falta es que intente suicidarse. -Batman aclaro. -Yo me quedaré esta noche. Los veo mañana. –

-Bien. Llámanos si algo sucede. -Black Canary le contesto.

Dick no tardó en ser enviado a Ciudad Gótica por su mentor, mientras que Flash y Green Arrow se llevaron a sus protegidos un poco a rastras por el tubo zeta; y Kaldur y Megan fueron enviados a la cama por sus mentores. 

No me dejes caerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora