Lovers | Xiaother

【Corona de flores】

Este si va a ser soft y bonito, sin final triste.

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A pesar de ser un grandioso aventurero, Aether también era una persona. Por lo que, la verdad es que estaba bastante cansado de todo. Necesitaba un descanso, así que decidió verse con el Adeptus y olvidarse de que el mundo existía.

Si bien no eran pareja, era claro a los ojos de todos el amor que tenían el uno por el otro.

— ¡Ya me voy! — gritó Aether para que Paimon lo escuchara.

— ¡Paimon todavía quiere ir con ustedes! — respondió la albina, pues no quería quedarse sola.

— Esta vez no, quédate aquí. — fue lo único que le dijo antes de salir de la relajatetera.

Suspiro cansado, y empezó a caminar hacia el lugar donde se encontraría con su amor.

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Mientras tanto, Xiao estaba nervioso, muy nervioso.

— "Sé tu mismo, así es como Aether lo prefiere". — esas palabras dichas por el arconte geo hacia Xiao se repetían en la cabeza de este.

Ser yo mismo.

Lentamente comenzó a caminar hacia el punto de encuentro, una montaña.

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Cuando Aether llegó, Xiao ya estaba ahí, cruzado de brazos y mirando el horizonte.

La vista era hermosa para los ojos de Aether, pero no por el paisaje precisamente, más bien por Xiao.

Para Aether, Xiao era hermoso.

— ¿Esperaste mucho? — le preguntó al azabache en cuanto estuvo más cerca de él.

— No, acabo de llegar. —

Xiao giro su cabeza para poder ver al viajero, quien estaba mirando el paisaje.

Su pelo, su cuerpo, su cuello, sus ojos, sus labios, todo era perfecto. Cada centímetro de él era totalmente perfecto y hermoso.

El Adeptus empezó a ruborizarse, él no entendía bien que pasaba, pero sabía que a sus ojos, Aether era perfecto.

El rubio se percató de la mirada del contrario por lo que lentamente volteo para verlo. Se miraron durante varios minutos. No necesitaban nada más que eso, solo ver los ojos del contrario y contemplarse mutuamente, eso lo era todo.

Habrían seguido así toda la tarde de no ser porque Xiao recordó lo que había planeado para Aether.

— Sígueme. —

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Al principio, Aether estaba un poco confundido, ¿a donde lo llevaban? No sabía, pero era Xiao, así que no protestaba mucho.

En cuanto vió el lugar a donde su amor lo había llevado, se sorprendió mucho.

Era un hermoso campo de flores, en el cual se veía perfectamente el atardecer. Era tan...

— Se parece a tí. —

Esas palabras del azabache cortaron sus pensamientos. Miró a su acompañante esperando una explicación, sin embargo este no decía una palabra.

— ¿A qué te refieres? — preguntó el viajero a su contrario.

— Este lugar, se parece a tí. Las flores transmiten paz, y el atardecer que se ve aquí es realmente hermoso... Como tú. — esas últimas palabras fueron un susurro que Aether logró escuchar.

Aether no sabía que decir, se sentía tan felíz.

Lentamente unió su mano con la de Xiao, mientras él solo lo miraba sorprendido.

— También me gustas. — musitó con una sonrisa.

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Ahora los recientes confesados estaban sentados en el campo de flores. Aether miraba el atardecer, mientras Xiao hacia una corona de flores.

— ¿Quieres ayuda? — preguntó el viajero.

— No, puedo hacerlo. —

Pasaron unos minutos más, hasta que Xiao al fin logró terminar la corona de flores que le enseñó Qiqi.

— Es muy linda. — exclamó aquel rubio enamorado.

El azabache sostuvo la corona y la puso con cuidado sobre la cabeza de su amor.

— Eres hermoso. — susurró, sin embargo luego se percató de que el contrario lo había escuchado.

— También eres hermoso Xiao. — respondió Aether entre risitas, mientras Xiao solo apartaba la mirada apenado.

— Xiao. — lo llamó.

El mencionado volvió la vista hacia Aether.

— ¿Si-? — no pudo terminar, pues sus labios habían sido callados con un tierno beso.

Por fuera, Xiao tenía los ojos abiertos como platos. Por dentro, bueno, estaba gritando.

Ese pequeño beso demostraba todo el amor del rubio, era un beso tierno e inocente. Sus corazones se hacían más grandes y el calor subía a sus mejillas. Emoción, felicidad, nervios, sentían muchas cosas al mismo tiempo.

Después de unos segundos, Aether empezó a separar sus labios de los contrarios.

Xiao seguía sorprendido, sin decir nada. Aether esperaba alguna reacción de su parte paso no dijo ni hizo nada.

— ¿Xiao? — el viajero se empezó a poner más nervioso, ¿fue muy pronto? ¿Quizás no le gustó? ¿Hice mal? Poco a poco, el rubio se convertía en una bola de nervios andante.

— Otra vez. — dijo Xiao.

— ¿Eh? —

— ¿Podemos...? ¿Hacer eso otra vez? —

Su corazón explotó.

Rápidamente grito que sí y se apresuró a besar a Xiao otra vez. De vuelta lo sorprendió mucho, pero esta vez, Xiao se dejó llevar por sus emociones.

Ahora, quien demostraba todos sus sentimientos en aquel beso, era el azabache.

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— ¡Oi! ¡Tardaste mucho! ¡Paimon se quedó sola todo el día! — reprochaba Paimon a Aether, que ya había vuelto a casa.

Aether no le hacía caso, pues estaba más enfocado en recordar lo que pasó con su ahora novio en aquel campo de flores.

— ¡Hazle caso a Paimon! — de vuelta, todas sus quejas fueron ignoradas.

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— Te noto felíz. — fue lo que dijo el arconte geo al Adeptus.

Xiao solo se limitó a mostrar una pequeña sonrisa.

Zhongli, después de ver esa pequeña sonrisa, pudo saber lo que había pasado, y solo se limitó a sonreír junto a él. Estaba muy felíz de que Xiao tenga a alguien.

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Aquella corona de flores, no solo era una unión de varias flores. Era una demostración de la unión de dos almas.

Dos enamorados, que juntaron su amor tan bello y delicado, en una corona de flores.

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ME RE COSTÓ.

Está bastante corto, pero es trabajo honesto.