𝗦𝗲𝗴𝘂𝗻𝗱𝗮𝘀 𝗼𝗽𝗼𝗿𝘁𝘂𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱𝗲𝘀

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Llegó un momento en el que se había cansado de esconderse, pero no podía salir. La idea de ver a Aether a la cara después de pintar ese cuadro lo hacía morir de vergüenza. Definitivamente prefería el árbol a su lado.

Minutos después de entregar el cuadro escapó hacía una plaza cercana. Sabía que Aether lo buscaría en el evento, por lo que decidió salir de ahí completamente.

Su amigo, en cambio, no estaba muy conforme. Volvió a llevar la botella de alcohol a sus labios. Dió un gran sorbo y suspiró. Xiao supo que Venti lo estaba viendo, pero él no quiso hacerlo.

—¿Qué crees que va a pasar si te quedas aquí? —no respondió— Aether no aparecerá mágicamente a buscarte, ¿sabes?

Xiao volteó a verlo. Venti solía tomar las cosas a la ligera, pero su ceño fruncido y labios en mueca le hicieron saber que esta vez no sería así. Se sentía completamente atrapado, como un presa. No tenía lugares a los cuales correr. Su vida era una bomba de tiempo apunto de explotar. Y lo haría en su corazón.

Quiso despojarse de él. Vivir sin él. Pero debía crecer y aprender. Quería que ese cuadro fuera el final. Aunque claro, no es tan fácil hacerlo que decirlo. Sentía que al fin estaba cerrando el ciclo, pero apenas estaba empezando. Aún no tenía la suficiente determinación para enfrentar el problema a la cara.

O en realidad, para enfrentar los ojos de Aether sin querer besarlo.

—No quiero que venga —respondió al fin.

Venti rió y volvió a tomar de su botella. Pareció pensar unos segundos antes de hablar.

—Entonces, ¿qué? ¿Te vas a quedar aquí todo el día? Aplaudo que al fin hayas dado el primer paso, pero de nada va a servir si te lamentas en lugar de ir a festejarlo.

Xiao soltó un suspiro en el que intentó olvidar todo. De repente la botella de Venti se veía muy deseable, y sin siquiera preguntarle le arrebató la botella para darle un gran sorbo. Mala idea, en realidad nunca le gustó mucho el alcohol.

Su amigo volvió a reír. Aplaudió su acción pensando que aquello significaba que se levantaría de una vez. Pero eso no era lo que pensaba Xiao. Él seguía llorando internamente. Sin embargo, cuando Venti dejó de reír y señaló detrás de él, Xiao no pudo explicar la sensación de morir en vida. Giró lentamente rezandole a todos los dioses no encontrarse con aquella trenza rubia, pero lo que vio fue aún peor.

Era HuTao.

Prefería encontrarse con Aether antes que enfrentar a su hermana, sin duda.

—Corre, soldado. Te cubro —habló Venti.

Él sonrió. Antes de irse devolvió la botella y sin más, echó a correr. HuTao también, pero Venti se usó de red. Aunque tampoco es que pudiera durar mucho.

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Lovers | Xiaother Donde viven las historias. Descúbrelo ahora