【504】

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Oh shit, here we go again.

AU MODERNA

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Confesar, una acción tan difícil en una palabra tan corta. Todo el mundo pasó por los nervios de una confesión, ¿verdad? El no saber si serás correspondido o no. Aether nunca entendió el porqué las personas no podían confesarse, es decir, solo era decirle a esa persona lo que sentías y ya, ¿no? Pues no, y lo estaba comprobando.

El ya mencionado se encontraba frente a la habitación 504 del departamento en donde vivía (y en el que también vivía el chico que le gustaba). Se movía de un lado a otro frente a la puerta de la habitación pensando en si debía confesarse o no.

— Cálmate, todo va a salir bien. — se dijo a sí mismo en un intento fallido de calmar sus nervios. Iba a seguir con su sufrimiento interno hasta que alguien tocó su hombro.

— ¿Aether?, ¿qué estás haciendo? — preguntó Lumine con gesto de preocupación al ver a su hermano sufriendo desde lejos.

— Ah, Lumine... No es nada, estoy intentando con... — no pudo terminar de hablar gracias a que la fémina lo había interrumpido.

— ¡Oh! No lo digas, ya sé. ¡Vas a confesarte a Xiao! — gritó, haciendo que la sangre de su hermano suba hasta sus mejillas.

Aether tapó la boca de Lumine con sus manos con miedo de que Xiao haya podido escuchar aquel grito.

— ¡Habla más bajo, idiota! —

Lumine soltó una pequeña risa al ver la reacción de Aether, que poco a poco bajaba sus manos de la boca de su hermana.

— Bien, bien. Entonces me iré, mucha suerte, seguro también le gustas desde que se conocieron. — dijo la mujer mientras se iba a paso lento.

— Gracias. — susurró el de trenza, volviendo a su posición inicial, mirando el número de la habitación.

Pensó por unos segundos en lo que había dicho Lumine, "seguro también le gustas desde que se conocieron". Desde que se conocieron...

¿Cómo había llegado a esa situación?

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Aether estaba saliendo de su departamento cansado, puesto que trabajaba allí como recepcionista y esa vez tuvo que hacer horas extra.

— Mierda, necesito un descanso. — suspiró, y buscó lugares en los cuales relajar su mente. Al final, se decidió por un café.

Caminó hasta su cafetería de confianza y abrió la puerta siendo envuelto por aquel olor tan delicioso. Se sentó y espero a que alguien viniera por su orden, hablar con las personas de la cafetería por alguna razón le hacía felíz, todos eran muy amables y simpáticos.

Al ver que nadie llegaba a tomar su orden agarró su celular y empezó a revisar sus redes sociales para matar el tiempo. Pasaron unos cuantos minutos hasta que por fin lo atendieron.

— Disculpe, ¿qué va a pedir? — preguntó una voz que Aether no reconoció. Apartó su celular de su vista y dirigió su mirada hacia el chico que esperaba su pedido.

Era alguien nuevo en ese lugar.

— ¿Eres nuevo? — musitó el rubio.

— Ah, sí. Empecé hace 3 días. — si bien había respondido un tanto cortante, no parecía una mala persona, quizás solo era algo tímido, pensó Aether.

Lovers | Xiaother Donde viven las historias. Descúbrelo ahora