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- Me cago en la...

Los gritos de Caroline me despertaron de mi precioso sueño en el que yo comía mucho algodón de azúcar. Las sartenes golpearon el suelo, y el ruido del metal contra el suelo, finalmente, me hizo abrir los ojos.

Realmente me costaba abrirlos, quería dormir más. Jace seguía dormido y la alarma de mi móvil aún no había sonado así que la apagué y me levanté, desperezándome poco a poco. Entre al baño para echarme agua fría, me vestí y salí a comprobar si el desastre que había hecho mi compañera.

Ella aún estaba en pijama y sus zapatillas de conejito. El pelo lo tenía recogido en un moño, que por cierto,  estaba hecho un desastre. ¿A qué hora llegaría ayer a casa? Caroline estaba echándole cola cao a la leche cuando pego un brinco al oírme hablar.

- Ey! Buenos días.

Me acerqué a la máquina de café y puse la cápsula para hacer mi café con caramelo, después, saqué la leche condensada de la nevera.

- Buenos Días - dijo intentando sonreír - tengo tanto sueño...

- Normal, ayer no llegaste muy pronto. ¿Qué tal con Scott? - hice una mueca pervertida que a ella le hizo gracia.

- Bien, fue tan genial que.... Oye, deja de achuchar el bote que luego nos dejas a los demás sin leche condensada - hizo un puchero

- Y tu deberías ir a vestirte o llegaremos tarde. Por cierto, anoche vino Jace, se quedara unas semanas.

Caroline se dio la vuelta para mirarme desde la puerta de la cocina, con los ojos muy abierto.

- ¿¡Qué!? ¡Oh Dios mío eso es genial! Hace tanto que no le veía... Lo pasaremos en grande, sí. ¿Dónde está?

- Cuanta emoción sisi -dije riendo. - Está en mi habitación - ella sonrió más y yo enarqué las cejas intentando verme seria. - Pero está durmiendo, así que haz el favor de vestirte o llegaremos tarde a la prueba de gimnasia.

- ¡Siiii mamá!

[...]

Cuando llegamos a los vestuarios, no estaban más que tres chicas y, ahora, nosotras. Metí la bolsa en la taquilla número 13 y me guarde la llave en un bolsillo escondido en el pantalón.

- ¿A qué te apuntaras este año?

- No sé. Había pensado en apuntarme a boxeo o podría apuntarme a volley y luego dar clases de inglés fuera del campus. Ya sabes, para ganar algo más de dinero a parte del que gano en la pizzería. - dije haciéndome la trenza derecha. - ¿Qué hay de ti?

- También me apuntare a volley, ¿pero enserio te apuntarías a boxeo? Es muy duro Sophy.

- Bueno, yo probaría y si no me acaba de gustar me desapunto. A demás, me llama mucho la atención - dije encogiéndome de hombros y terminando la trenza izquierda.

- Bien, ¿vamos? Sé que quedan varios minutos pero igual nos deja empezar antes la prueba.

Caroline y yo íbamos a salir de los vestuarios cuando oímos unas risitas que se aproximaban a la puerta del vestuario. Rápidamente, nos metimos en una de las duchas y en ese instante, la puerta chirrío, haciéndonos saber que esas personas que antes habíamos escuchado reírse, habían entrado.

- Tía que fuerte - dijo Car susurrando. - son Lexi y un chico nuevo.- Espera, ¿Lexi con novio? Mierda, esto sí que era una novedad, me quería reír mucho. - El chico es alto, algo así como metro ochenta y tres, pelo rizado moreno, ojos... Espera no se ve... Si... Ojos verdes. Lleva una sudadera morada.

Me asomé un poco por el espacio por el que miraba mi mejor amiga. Estaba de espaldas a nosotros, pero vi el espejo de atrás y me permitió ver quien era esa persona.

Lexi le estaba besando en el cuello.

- Espera, espera, espera. Tía, yo le conozco. Quiero decir, no le conozco pero sí.

- Si si... - dijo riendo por lo bajini.

- En serio, ayer vino a la pizzería a por el puesto de trabajo que dejo libre Tom. -sus risitas cada vez eran más insoportables. - Ey, ¿molestamos un poco? - susurré con tono perverso.

Caroline y yo salimos a la de tres cantando Dancing With A Wolf de All Time Low, más bien gritando el estribillo. Lexi y el otro chico se giraron confusos a vernos y su cara de desconcierto fue una manera muy divertida de empezar el curso después de las vacaciones de navidad.

Car iba delante de mí moviendo los brazos de forma muy divertida y yo iba detrás suyo con las manos en sus hombros mientras movía las caderas a lo tonto.

Después de unos segundos salimos corriendo del vestuario y nos empezamos a reír.

La prueba de gimnasia consistía en un circuito que valía veinte puntos para la nota de este trimestre.

Primero tenías que saltar en un trampolín para subir en una colchoneta, bajar por la cuerda, pasar por debajo de un puente (el cual, estaba  improvisado por bancos y palos de la espaldera con una colchoneta fina por encima). Después, tenías que coger carrerilla,  saltar un potro y de seguido, volver a coger carrerilla para saltar un segundo potro. Para terminar, había que hacer la voltereta por encima de dos bancos y subir por la cuerda lo más alto que puedas.

Estoy segura de que parece más fácil de lo que es.

La prueba era de uno en uno, pero sin duda, creo que lo peor era que no nos había dejado practicar antes. Yo conseguí 19 puntos y es genial. Caroline, en cambio, consiguió 3 menos pero le pareció bien.

Terminé de ducharme y vestirme lo más rápido que pude para no llegar tarde a clase. A demás, me daría tiempo a secarme un poco el pelo en los secadores de fuera y a llegar tranquila sin todo el montón de gente que suele haber por los pasillos cuando toca el timbre.

- Bueno, yo me voy ya, ¿me esperas luego en la farola que marcamos?

Caroline asintió y siguió vistiéndose.

Salí del vestuario y anduve hasta los secadores. Dejé la mochila en el suelo y presioné el botón del secador dejando que el aire cliente azotase mi cara. Sinceramente, parecía uno de esos perros que se quedan parados en medio de la calle disfrutando del aire.

- Hey... Esto em... ¿Sophia? - enseguida reconocí la voz y el nerviosismo y la vergüenza, por lo ocurrido en los vestuarios, inundaron mi cuerpo. Sin embargo, me aparte del aire tratando verme tranquila.

- ¿Si?

- ¿Eres Sophia? - asentí y él sonrió. - Genial. Soy Harry. ¿Me ayudarías a ir a la clase de derecho?

Oh genial. No solo trabajaría con él todas las tardes, sino que, estaría en todas las clases con él. Genial.

Reached |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora