Reached |h.s|

7

                  

                  

                  

- Mocosa. Eh, eh, niña. Despierta o me tiraré encima de ti.

El ruido de las persianas siendo subidas de golpe y las persianas abriéndose, instantáneamente hizo que me pusiera boca abajo, tapándome los ojos y como pude, tapándome con la almohada los oídos para no escuchar a quien quiera que estuviera interrumpiendo mi sueño. Entonces la cama se hundió por un instante y al segundo volvió a hundirse, haciendo que yo saltara unos milímetros del colchón. Estaban saltando en mi cama, mi querida compañera. Gruñí fuertemente molesta, me gire en mi misma, abrí los ojos rápidamente y le agarré del tobillo a la persona que saltaba casi encima mío, pero para mí mala suerte, Caroline calló encima mío.

- Oh Dios Mío! Caroline! - dije molesta. -Sabes que mi cama es sagrada, ¿por qué lo has hecho? No vuelvas a saltar en mi cama o te arrepentirás. - dije señalándola con mi dedo índice y achinando mis ojos recién abiertos. Después, le empujé fuera de encima mío, haciendo que esta callera al suelo.

- Matt ha venido esta mañana y Jace está haciendo tortitas, no puedes quedarte más en la cama. - dijo haciendo un puchero.

Cuando se levantó, frunció el ceño mirando al suelo. Entonces se agachó a por lo que fuera que había ahí y se puso de pie con un libro. Lo miré extrañada y cuando me di cuenta de que era ya estaba quitándoselo de las manos.

- Hey! - se quejó ella.

Yo me levanté y me subí a la mesa para esconderlo en la parte superior del armario.

- No vuelvas a tocar eso. - dije bajando de un salto.

- ¿Qué era?

-Car, te quiero mucho y eres mi mejor amiga, pero no vuelvas a tocar ese libro, ¿vale?

Ella salió de la habitación detrás de mí.

- ¿Eres bruja?

- ¿Qué? - esto sí que debe de ser una broma. Me reí y me paré en medio del salón

- Si, como Hermion Granger. Eso era el libro de hechizos y pociones o algo así, por eso no quieres que lo coja.

Entonces me reí más fuerte

- No. Oye, ¿dónde esta..

Matt salió corriendo de la cocina cogiéndome aúpas mientras me abrazaba.

-Eres tonta Bennet, me preocupó no saber dónde te metiste ayer. Estas castigada sin fiestas.

Fue entonces cuando pataleé para bajar al suelo y subí y baje los hombros dando impresión de poca importancia. Fui a la cocina y me encontré a Jace en frente de la placa haciendo más tortitas. Le di un beso en la mejilla y cogí el sirope del armario. Me senté en la mesa de piedra y empecé a comer de las tortitas echándolas un poco del sirope.

- ¿Y bien? ¿Qué nos tienes que contar? - dijo mi hermano sin darse la vuelta.

- ¡Caroline, Matt! ¡Las tortitas!

- Bien, vale - dije mientras se sentaban en las sillas. - Jace, ¿recuerdas al tipo que vino después de la muerte de mamá para avisarnos de algo? - el asintió. - Ha vuelto

Jace palideció un poco y Matt me miró anonado. Sin embargo, Caroline, me miraba a los ojos tratando de descubrir que estaba pasando, claro que, ella no tenía de idea de lo que hablaba.

"Mi madre no murió a causa de una enfermedad ni por un accidente.

Ese día, mi padre nos llevó a Jace y a mí al cine a ver una película con la que llevábamos un tiempo largo dando guerra. Después de ir y dar una vuelta, mi padre me compró una chaquetita para mi vestido cuando hiciera frío. Jace se quejó en ese momento porque a él le parecía injusto que a él no le hubiera cogido nada pero por su cumpleaños le habían regalado muchas cosas, además de que era un día después de los reyes magos.