Por la mañana siguiente, a ambos les sorprendió el alegre estado de ánimo de Felicita. Azul le comentó a Felipe que ella se encontraba bien, pero no quería ir a los servicios fúnebres. Prefería recordarlo como siempre, con una sonrisa, feliz, libre.
Se juntaron a desayunar y luego partieron de regreso al hogar, donde Felicita les agradeció de nuevo por todo lo que hicieron por ella.
—Gracias, gracias por todo... ustedes no saben lo que significa lo que hicieron por mí, les estaré agradecida por siempre —dijo antes de despedirse.
—No, nosotros estamos agradecidos contigo —respondió Felipe—, tu historia nos dio esperanzas, nos enseñó mucho sobre el amor de verdad, sobre el tiempo, sobre la vida... Nos impulsó a animarnos —añadió y tomó la mano de Azul.
Felicita sonrió.
—Estoy muy feliz por ustedes. Me encanta que juntos hayan encontrado el equilibrio, Azul es la mejor persona que conozco y ahora estoy tranquila de que por fin está con una persona que se la merece. Y tú, Felipe, mereces ser feliz, amado y valorado, porque hombres como tú no quedan muchos...
—Te queremos mucho, Feli —dijo Azul abrazándola.
—Felipe... hazme el favor de llevarla ahora a ya sabes dónde —pidió Felicita.
—¿Ahora? Pero todavía no está terminado... —dijo él.
—No importa, no hace falta que las cosas sean perfectas, solo que sean —susurró—. Azul, espero que te guste el regalo que te preparé. Cuando lo veas, no quiero que pienses que es demasiado, quiero que tengas la certeza que te lo mereces y que es tuyo.
—¿Un regalo? —dijo Azul con sorpresa.
—Sí, un regalo que preparamos con Felipe para ti...
—Ya me emocioné —dijo la muchacha y comenzó a dar brincos de alegría.
—Ni te imaginas lo que te emocionarás cuando lo veas —aseguró Felipe contenta de verla así.
Se despidieron entonces y subieron al vehículo.
—¿No me vas a dar ninguna pista? —quiso saber ella.
—No... con todo lo que me costó callar todo este tiempo, no lo echaré a perder ahora... Quiero grabar tu reacción, así que voy a estacionar lejos, caminaremos y yo te grabaré.
—Hmmm, la curiosidad me está matando —dijo ella con entusiasmo.
Llegaron a un sitio donde Felipe pudo dejar el auto y bajaron. Caminaron las dos o tres cuadras hasta el salón, y justo cuando estaban en frente, sin que ella lo supiera. Felipe comenzó a grabarla.
—¿De qué se trata? —inquirió ella.
—Toma —dijo él sacando con la otra mano unas llaves de su bolsillo—. Son las llaves de tu nueva academia de danzas —añadió.
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Quiero bailarme la vida contigo
Romance*** NOVELA PUBLICADA EN AMAZON, AGOSTO DE 2021 *** Azul tiene una forma muy especial de ver la vida, a ella le encanta encontrar el lado bueno de las cosas incluso cuando estas parecen no tenerlo. Su vida es sencilla, es profesora de danza y en sus...