Estaba cansándose de eso.
Los sueños extraños con Dy ya no la perturban tanto, desde que se había hecho ya recurrentes pero... Esa noche fue diferente.
Ahora estaba consciente de que podía tocar a Dy, al demonio Exael, y no ser condenada al instante.
Así que en sus sueños no había guantes. Ni ropa. Ni distancia entre sus cuerpos que se movían juntos mientras ambas gemían.
Despertó sudada y mojada de muchas formas distintas. Su pulso estaba acelerado y su boca sedienta.
Afuera estaba lloviendo, una gran tormenta.
No era sed de agua, concluyó.
Tomó el teléfono en su mesita de luz y marcó el número que ya sabía de memoria. Exael no lo cambiaba desde los años 90...
—¿Hola? —dijo una vez el tono se hizo silencio.
—Sí —la voz de Exael habló desde el otro lado, somnolienta y ronca.
—Hey... —una mano se aferró con fuerza al teléfono móvil en su oreja y la otra a las sábanas de su colchón—. Solo quería saber si... Si... —podrías venir y acabar esta agonía—. Estabas bien... No llamaste.
—Sí, lo estoy. Estaba ocupada...
—Sacándote una bala del pecho, sí, lo siento... —Adriel quiso sonreír de puro nerviosismo—. ¿Estabas durmiendo?
—No.
—Ah... Yo tampoco puedo hacerlo.
—Ángel...
—¿Sí?
—Sigue hablando. Me gusta tu voz.
—De hecho, yo... Estaba a punto de ir a dormir..
—Dijiste que no podías hacerlo.
—No, yo... Estaba... —tuvo que tragar saliva para calmarse—. Estaba preocupada por ti.
—Bien.
—Sí.
—Estoy bien.
—Sí.
Un segundo de silencio la hizo recordar el motivo de su llamada. El motivo de su angustia de esa noche y probablemente de siglos atrás.
Estaba segura de que la quería.
—¿Dy? —pronunció con duda.
—¿Uhm?
—¿Podrías venir aquí... por favor?
Lo gracioso de la situación era que Adriel jamás se enteraría que Exael ya estaba en camino cuando recibió la llamada. Solo le faltaban cinco minutos de llegar, que se transformaría en segundos si le daba la energía.
—Sí.
Y cortó la llamada.
Exactamente tres minutos y medio más tarde, alguien estaba tocando su puerta. Se preguntó cómo subió hasta allí, pero luego recordó que tenía la demonia sus trucos.
Su departamento, en silencio y a oscuras, parecía muy pequeño mientras lo recorría con ansiedad hasta llegar a ella.
Había alguien esperando por ella. Llamándola. Ansiándola. Así que abrió la puerta.
Miró al demonio que estaba parado en su puerta.
Ella la miró de vuelta.
Ninguna dijo nada más.
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Cruel Summer
RomanceAdriel es una de los ángeles preferidos del Creador. Es aplicada, responsable y adorable. El ángel perfecto, diría Perséfone. Pero tiene un problema: sueña recurrentemente que es besada por Exael. Exael, o simplemente D, es el peor demonio del Infr...