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Pasó lentamente la lengua por el medio de su boca para terminar atrayendo su labio inferior al interior de la boca y morder con la misma lentitud que su lengua. Aquella sonrisa burlona adornó su rostro con expresión adormilada y sombría, el arma plateada en su mano se colocó en medio de su nariz y boca- Cariño... ¿Perdiste la cabeza?
La mujer de cabello rosa tembló luego de escuchar la voz ronca del alfa- Y-yo te pagaré, lo prometí ¿Recuerdas?
- Recuerdo que hiciste esa promesa hace tres meses, dijiste que pagarías en dos y como sabía que no cumplirías, te di un mes más pero... Creo que ya fuí muy bondadoso contigo -bajó la mano de golpe, logrando así que el arma sonara cuando su brazo impacto en el antebrazo del sillón. Echó la cabeza hacia atrás y suspiro lento- Quiero mi dinero Dahyun.
La mujer permaneció callada, no tenía el dinero y no sabía que otra excusa dar; su empresa estaba en la quiebra y aquel préstamo solo empeoró los últimos proyectos que tenía, creía que todo se iba a arreglar, creía que todo sería como antes... Que equivocada estaba- No tengo dinero.
Las carcajadas se adueñaron de la habitación, con su mano libre cubrió sus ojos mientras seguía riendo como un psicópata- ¡Maldita sea! -se inclinó con fuerza al frente, su rostro daba miedo; aquella sonrisa maniática, ojos bien abiertos y esos grandes colmillos que sobresalían hacían juego al intenso dorado de sus ojos- No sabía que eras payasa, me gusta, hazlo otra vez porque éste día está vuelto una mierda y necesito reírme un poco... Vamos linda, empieza a contar chistes.
- ¡P-por favor solo dame unos días más! ¡Te pagaré todo pero necesito más tiempo!
- Eso no fué gracioso -levantó su cuerpo del sillón y cargó el arma con facilidad- Fué un placer hacer negocios contigo Dahyun, una lástima que será el último.
- ¡No por fa-
La bala impactó contra su cráneo cortando las palabras de la mujer. Su cuerpo sin vida se tambaleo por pocos segundos antes de caer al frente. El piso de madera se tiño de un rojo vino intenso. Jongho que permaneció en silencio durante toda la reunión dejó escapar un suspiro y luego de buscar si teléfono marcó un par de números, no tuvo que esperar mucho hasta que la otra línea contestó- Venga a limpiar -colgó el teléfono y le habló a su jefe- ¿Qué hacemos con el cuerpo?
- Comerlo.
- Eso es de mala educación Yunho.
Se dió la vuelta y después de guardar el arma en el interior de su chaqueta respondió sonriendo- Acabo de matar a ésta mujer ¿Y dices que comer su cuerpo no es educado?
- Sí
- Está bien, entonces quemala.
- Eso está mejor -se levantó del sillón y caminó teniendo cuidado de no arruinar sus zapatos con la sangre del cadáver- En una hora tenemos que estar en la empresa, vendrá un periodista y luego debemos hacer negocios con la banda de los leones azules.
