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𖥸
- ¡Maldición! -gritó exaltado. Nada salíacomo el lo había planeado y solo estaba al borde de la locura.
¿Qué creía? ¿A qué le tenía fé?
Había reunido a personas inexpertas con sus hombres que se volvieron inexpertos al frente de esas personas.
Quedaban pocos en pié y aún no podía hacer una sola cosa bien.
¿Lo peor? Es que Mingi estaba a pocos metros de sus brazos y aún no podía sostenerlo.
Su rostro lleno de pánico y bañado de lágrimas al verlo en ese estado era horrible.
¿Por qué no pensó mejor las cosas? Fué un plan suicida desde el inicio y aún así dió la orden de continuar.
¿Lo hizo por Mingi? Si, claro que si... Pero debió pensarlo mejor antes de actuar. Ni siquiera sabía si sus amigos o los de Mingi seguían vivos, ni siquiera sabía si el podría mantenerse en pié por más tiempo.
Apretó fuerte su costado izquierdo y soltó un alarido al sentir la punzada y luego el espeso líquido... Maldita sea, solo esperaba aguantar lo suficiente.
𖥸
"- Escúchame bien Mingi... Si alguna vez un hombre grande y malo te quiere regalar un dulce en la calle-
- ¡El dulce más grande y delicioso que jamás hayas probado! -gritó con exageración el alfa mientras agitaba los brazos.
Su esposa suspiro y luego contigo- Si, aún si es muy grande, no lo aceptes. Lo que debes hacer es dar la vuel6y correr mejor de él.
- ¡Corre tan rápido como puedas! ¡Imagina que estás en una competencia con tu papá!
La omega cerró los ojos irritada y sin querer evitarlo, golpeó la espalda de su esposo- Ya cállate... Mingi, debes recordar lo que tu papá y yo hablamos ¿Si? Nunca lo olvides.
- Y lo más importante cachorro -el mayor se agachó lo suficientemente para quedar a la misma altura que su hijo- Ese hombre grande y malo tiene una debilidad.
- ¿Y tual esh...?
- Si golpeas su fuente de poder ya no podrá hacerte daño... ¿Quiéres saber dónde está? -Mingi asintió emocionado y el alfa respondió- Está en medio de sus pier-
- ¡Ya es suficiente!
- ¡Pero le estoy enseñando como defender! ¡¿Por qué me pegas?!"
Era un hermoso recuerdo que jamás podría olvidar.
Eran consejos que no debía dejar atrás.
Eran los rostros preocupados de su familia y detestaba... Odiaba no poder poner todo en práctica.
